Lo sorprendente y lo previsible

En los próximos días asistiremos a todo tipo de debates televisivos y a análisis descriptivos de los resultados de las elecciones andaluzas en las que el Partido Popular ha ganado la mayoría absoluta

El domingo 19 de junio fue un día intenso para todos y sorprendente para muchos. Quien nos iba a decir hace un año que, a las puertas del solsticio del verano del 22, el Corpus se celebraría con fondo musical de pasodobles carnavalescos en los ... alrededores de la Plaza, en un inusual y caluroso domingo de jartibles que todavía siguen a la espera de quemar al dios Momo y a la bruja Piti. Un veraniego y canicular domingo de post carnaval en el que los andaluces seríamos llamados a las urnas para decidir el rumbo que habríamos de tomar durante los próximos cuatro años; un domingo que finalizaba con toda Andalucía, Cádiz incluida, pintada de azul. En los próximos días asistiremos a todo tipo de debates televisivos y a análisis descriptivos, más o menos reflexivos, de los resultados de las elecciones andaluzas en las que el Partido Popular ha ganado la mayoría absoluta que, durante tantos años, ostentó el Partido Socialista. En Moncloa, por mucho que se intente desviar la atención con la Cumbre de la OTAN, el Consejo Europeo y todo lo demás, tratando de desvincular los resultados obtenidos en nuestra Comunidad de la política nacional, como si Andalucía estuviera ubicada junto a Pernambuco, estarán, sin duda, al borde de un ataque de nervios y haciendo acopio de lexatín. Y no es para menos; al fin y al cabo, han perdido la joya de la corona, la Comunidad Autónoma con el mayor número de habitantes de España y el tradicional granero de sus votos. Aunque tampoco hay motivos para sorprenderse tanto; lo asombroso, realmente, es que se sorprendan. Si hace meses era impensable un carnaval en junio, no lo era que Juanma Moreno ganase justamente las elecciones, unos resultados previsibles que se iban afianzando poco a poco. Porque, aunque las campañas electorales pueden deslizar votos y escaños, los resultados electorales también dependen en gran medida del trabajo que se ha hecho a lo largo de la legislatura.

Llegados a este punto, hasta las encuestas de Tezanos, aunque se quedaban cortas, como también era previsible, y sin adjudicar escaños, como también cabía esperar no fuera a ser que le tiraran de las orejas, le daban la victoria al Partido Popular. Otras se acercaron más al cuadro definitivo y algunas de ellas, como la última de gad3 de Narciso Michavila, clavaron los resultados. A esto de la demoscopia, la rama de la ciencia política y de la sociología dedicada al estudio de la opinión pública, habría que hacerle más caso. Al fin y al cabo, utilizan técnicas de investigación contrastadas que, bien interpretadas, nos dan una auténtica imagen de la realidad. Se suele decir que cuando un sondeo político no refleja lo que finalmente ocurre es porque los sondeados no se han expresado sinceramente. Nada más lejos de la realidad; si ello ocurre no es porque los encuestados falten a la verdad sino porque el análisis no se ha hecho adecuadamente, o porque los datos se publican de manera interesada y parcialmente, lo que tampoco sorprende en no pocas ocasiones. Ahora se acusa al electorado desmovilizado o al otro por dividir, cuando basta analizar datos para comprobar que es el trabajo bien hecho, el gobernar pensando en todos y no solo en los propios, más el sentido común los que han ganado las elecciones.

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Ver comentarios