Opinión

Eterna juventud

«Sobre la juventud siempre se han vertido opiniones dispares. Si para sir Bernard Shaw se trata de una enfermedad que se cura con el tiempo, para Rubén Darío es un divino tesoro»

Sobre la juventud siempre se han vertido opiniones dispares . Si para sir Bernard Shaw se trata de una enfermedad que se cura con el tiempo, para Rubén Darío es un divino tesoro que, desgraciadamente, se va para no volver. Se mire ... desde una u otra perspectiva, lo cierto es que el deseo de mantenerse eternamente joven, ya sea de mente, de cuerpo o de ambos, es moneda común.

Conseguir la juventud eterna, incluso la inmortalidad, ha ocupado páginas magníficas de la literatura universal; algunos personajes, como el Fausto de Goethe o el Dorian Gray de Oscar Wilde llegaron, aunque por diferentes razones, a vender su alma al diablo para lograrlo, y no son pocos los que acuden a Vilcabamba, hermoso valle en los Andes ecuatorianos a las puertas de la Amazonía, para beber las aguas de un Shangri-La real que supuestamente les alargará la vida. El resto se conforma con cremas, rellenos de ácido hialurónico o pinchazos con bótox.

Ahora, con los avances biotecnológicos, algunas empresas han decidido pasar de lo poético a lo pragmático, y se han constituido para intentar reprogramar las células y convertir ese anhelo de juventud eterna en una futura realidad. Según la revista del MIT ese es el fin último de Altos Labs, una iniciativa en Silicon Valley que lleva recaudado un buen número de millones y entre cuyos inversores parecen encontrarse dos de los hombres más ricos del mundo, Yuri Milner y Jeff Bezos, de 59 y 57 años respectivamente, una buena edad para replantearse lo de la juventud; posiblemente los de 20 piensan en otras cosas.

Quizá al fundador de Amazon, durante su viaje por el espacio, no sabemos si con las piezas de Liszt y Schumann sobre Fausto como música de fondo en la nave, la idea le pudo venir con la visión de las estrellas. Al fin y al cabo, como recordó Graham Greene, en el fondo de nosotros mismos siempre tenemos la misma edad por lo que a lo mejor, pensaría, ha llegado el momento de plantearse lo de adecuar el continente al contenido. Lo cierto es que mientras en una parte del mundo se sigue luchando contra la pandemia, y en otra gran parte se sueña con disponer, al menos, de algunas dosis de vacunas, en otra galaxia terrestre se plantea la reprogramación para hacernos eternamente jóvenes.

Lo de «hacernos» es un decir; obviamente la inmortalidad y la juventud eterna no causarán problemas de incremento a la superpoblación mundial porque el 99,9 % del personal o bien seguirá con las cremas o, lo que es más triste, esperando que les lleguen las vacunas. El proyecto ya ha fichado con contratos millonarios a muchos investigadores, incluyendo algún biólogo español conocido por crear quimeras con células de embriones humanos y embriones de monos en China.

Ya veremos hasta dónde llega lo de lograr la eterna juventud. No sabemos lo que piensan los hijos de los inversores sobre eso de tener un padre eternamente joven; por menos se han roto muchas familias. Otra cuestión es en que momento se para la reprogramación «hacia atrás» de las células: ¿a los 25, a los 20, a los 18 años?

Un error y puede pasar lo que a Brad Pitt en ‘El curioso caso de Benjamin Button’ y disolverse en el cosmos. En fin, estaremos atentos a los acontecimientos siguiendo las noticias mientras nos ponemos la hidratante.

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