La distorsión del concepto ‘Feminismo’

El Ayuntamiento de Cádiz mantiene su estrategia de ideologizar hasta el ridículo cualquier foro de debate público

Ideologizar hasta el hastío, hasta el límite. Todo, para el Ayuntamiento de Cádiz, es susceptible de ser pasado por el tamiz de su guerra cultural, en la que tratan de imponer una manera de entender la realidad que está a años luz de los intereses ... de la población. La última ocurrencia surgida del magín municipal ha sido la organización, a través de la Fundación de la Mujer, de unas jornadas de urbanismo feminista. La concejal de Feminismos, Lorena Garrón, detallaba que este encuentro –obviamente, pagado con dinero que sale de los bolsillos de todos los gaditanos– surge por la necesidad de «tener ciudades con un urbanismo feminista que incluya a todas las personas y elimine las desigualdades que se producen en el plano urbano». La retórica nunca falla.

No deja de ser irónico que mientras que el Ayuntamiento anuncia estas jornadas, deja fuera de la mesa de discapacidad al resto de grupos municipales. La concejala popular Nuria Álvarez, que reúne la doble circunstancia de ser mujer y de tener movilidad reducida, ha denunciado la falta de iniciativas municiaples en aras de una mayor accesibilidad, como pueden ser el aumento de la flota de taxis adaptados o la eterna lucha para que los autobuses no tengan la rampa averiada con tanta frecuencia. Es decir, frente a la política de pancarta, de manoseo de los grandes términos y del empleo de retóricas impostadas sobre la equidad en las ciudades y su configuración como espacios seguros, se yergue una tozuda realidad en la que los deberes quedan, año tras año, sin hacer.

Cabría preguntarse si estas jornadas de urbanismo feminista servirán para algo más que para hacer propaganda de los principios con los que Podemos (con sus hidra de nombres, confluencias y disensiones) llena las redes sociales y los espacios públicos que ha ido fagocitando. Ojalá se cumplan los postulados con los que se presentan las jornadas y, de verdad, se tome nota para hacer una ciudad más accesible, mejor pensada para la ciudadanía sea cual sea su sexo, raza o condición económica. Pero, mientras, seguiremos con una capital en la que la solución para los ‘sintecho’ es vallar los espacios públicos, la accesibilidad en el transporte es una quimera y las únicas promociones de viviendas que se levantan son de pisos de lujo para que las gaditanas y los gaditanos sigan marchándose.

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