EL APUNTE

Aprovechar la oportunidad

La inclusión de Cádiz en una nueva lista de recomendaciones de ‘The New York Times’ habla a las claras de las excelenciasde nuestra tierra

Turistas paseando por la catedral. Francis Jiménez

Por segunda vez en apenas unos meses, el periódico estadounidense ‘The New York Times’ ha incluido a Cádiz en una de sus listas de recomendaciones como uno de los 50 lugares más interesantes del mundo para visitar. Si el pasado mes de enero lo hacía centrándose en la provincia, en esta ocasión lo ha hecho más concretamente en la capital gaditana, destacando su gastronomía, su música y sus monumentos.

Por increíble que parezca, muchas veces tienen que recordarnos desde la otra punta del mundo las excelencias y bondades con las que aquí convivimos a diario. Y el gran problema es que no somos capaces de aprovechar la excelente oportunidad que supone. Es obvio que nuestro clima, nuestra gastronomía, nuestra historia, nuestros monumentos... son de un magnífico nivel y prácticamente se ‘venden’ por sí solos. Pero debemos ser mucho más exigentes con nosotros mismos y ser conscientes de que si además los gestionamos bien, directamente son nuestro futuro, la clave de cara a los años venideros.

No podemos conformarnos con lo que tenemos. Debemos ser críticos y exigir a los responsables públicos que estén a la altura del patrimonio que gestionan. Porque si ese reportaje –de un impacto mediático a nivel mundial de proporciones incalculables– se centrara en la limpieza de la ciudad, o en la falta de aparcamiento, otro gallo nos cantaría. Nos duela o no, Cádiz no está preparada para el fenómeno de la ‘turistificación’ que ya se está produciendo. Y corremos el riesgo de «morir de éxito», como ya ha ocurrido en otras grandes ciudades del mundo.

Si no somos conscientes de que hay que ofrecer muchos mejores servicios a nuestros visitantes, al final todo esto se volverá en contra. Al margen de gestionar mejor la convivencia entre visitantes y vecinos de la ciudad. Unos asuntos que son probablemente los más transcendentes a los que se enfrenta la capital gaditana a corto y medio plazo y para los que, al menos que se sepa, no hay ningún plan trazado.

Si los gaditanos, o nuestros gobernantes, se dedican a improvisar, a dar patadas hacia adelante a estos asuntos, es seguro que el turismo, en lugar de en una oportunidad de futuro, se convertirá en un serio problema . El tiempo dirá.

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