Ucrania, bandera de libertad

Las imágenes que nos vienen de Ucrania son aterradoras y no porque no estemos acostumbrados ya a ver escenas de guerra, pero estas son en países lejanos y que en nuestra mente constan como en una guerra permanente, véase los países de Oriente o de África, sino por la cercanía de esa sinrazón. Lo más impactante de estas imágenes es que se está llevando a cabo en un país de los que consideramos del primer mundo, de los que son como el nuestro y, lo más impactante, que está en las puertas de nuestra Europa.

Sin más, un loco con poder y acceso a un botón nuclear, se levanta una mañana y ordena a sus ejércitos invadir a un país vecino. Un país que ve como, de la noche a la mañana, las calles de sus ciudades son patrulladas por un ejército extranjero, su espacio aéreo es sobrevolado por misiles rusos que impactan en objetivos militares y civiles, ocasionando cientos de muertos entre ellos varios niños, y como quieren derrocar su sistema democrático desde el monstruo soviético.

Ucrania, hoy en día, es el símbolo de la libertad. De la libertad de un pueblo que lucha por seguir gozando de la misma. Europa no debe ni puede mirar hacia otro lado, se le debe de brindar toda la ayuda posible para evitar repetir errores del pasado. Así comenzó hace varias décadas un ‘inofensivo’ Hitler para la Europa de aquel momento y terminó metiendo a todo el mundo en una Guerra Mundial. Esperemos que, desde el primer momento, a Putín le quede claro que Europa, el mundo, salvo los países comunistas, estamos en contra de la violencia que genera una guerra sin lógica y sin ninguna razón, más allá del fanatismo ideológico de un pensamiento anacrónico como es el de la extinta Unión Soviética.

Me resulta despreciable, a nivel nacional, como puede existir personas, entidades, partidos políticos, que justifiquen la acción de Rusia y las ampare en una serie de explicaciones que para nada tienen sentido frente a la barbarie de un país que pretende interferir en los asuntos internos de otro y, que ante la negativa de este, decide invadirlo para imponer su pensamiento caduco y a un gobierno títere a fin a su pensamiento.

Hoy, que es miércoles de cenizas para los cristianos, pediría que todos los que creemos en Dios nos unamos en la oración para que la barbarie que está ocurriendo en Ucrania acabe pronto con el mejor de los finales, que no puede ser otro que el del fin de la guerra y la retirada de las tropas rusas.

Desde estas líneas vaya toda mi solidaridad para el pueblo ucraniano, un pueblo que lo único que quiere es vivir en paz y sin tutorías de ningún otro país.