Ojalá sea el último anuncio en Tres Caminos
El Gobierno aprueba unas obras mil veces anunciadas y con un cuarto de siglo de atraso
Es una realidad, objetiva y sin matices partidistas, ni siquiera localistas o comarcales: las infraestructuras de transporte en la provincia de Cádiz arrastran unas carencias y un deterioro, por retraso, que agota la paciencia del más templado. Son décadas ya a la espera de la ejecución de planes mil veces anunciados y nunca culminados. Desdobles esenciales (Nacional IV, Nacional 340...) o entronques fundamentales como el de Tres Caminos. Por una cosa o por otra, con un partido y con otro al frente del ministerio, nunca llegan a su fin. Nos acordamos más estos días de playa, de operaciones salida y retorno, en los puentes y escapadas de fines de semana señalados. Pero el peligro está todos los días. El retraso crece todos los días.
Resulta especialmente doloroso en estas semanas en las que, tras la triste pausa de la pandemia durante dos años, vuelve la avalancha de turistas para disfrutar costas, pueblos y ciudades, gastronomía, cultura, patrimonio y playas. Aunque hay que lamentarlo todo el año, es ahora cuando esos tramos de alta densidad de circulación se congestionan de forma casi diaria. Ni siquiera la liberación de la autopista Sevilla-Cádiz del peaje ha cambiado la situación. Bien al contrario, ha convertido también esa vía en una especie de avenida en la que el tráfico denso, bloqueado, ha dejado de ser infrecuente. Lo peor es que son problemas denunciados, conocidos y localizados hace más de 25 años sin que haya llegado la solución. Ambos desdobles están paralizados y, ahora, el Gobierno vuelve a anunciar que arranca Tres Caminos. Cuesta confiar en que esta vez sea la definitiva y que la burocracia no añada otro lustro largo de espera pero la buena fe no va a liberar los carriles, a disolver atascos ni a crear nuevas salidas. La decepción y la frustración ante tantos años de inacción administrativa se han vuelto norma en Cádiz. Parece una burla que una reconfiguración considerada urgente (Tres Caminos) lleve más de un cuarto de siglo a paso de tortuga bajo una montaña de excusas.
Un verano tras otro, se condena a todos los usuarios de una vía clave en una comarca con medio millón de habitantes y a los visitantes de uno de los mejores tramos de costa de España a sufrir atascos largos, peligrosos y molestos. Es imprescindible que este último anuncio de ejecución sea, en efecto, el definitivo, que no haya más.
