El Apunte

Kichi se pasa de frenada con Airbus

La Bahía de Cádiz tiene motivos para estar alerta, escarmentada, respecto a su tejido industrial pero es preciso diferenciar cada episodio por pura responsabilidad política

La Voz de Cádiz

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Hace ahora un año que las movilizaciones en la planta de Airbus en Puerto Real reabrieron las heridas de la pérdida del antiguo y potente tejido industrial de la Bahía de Cádiz. Siempre hay motivos para la preocupación porque han sido muchas las decepciones, demasiado desmantelamiento en el sector naval a finales del pasado siglo e incluso deslocalizaciones como la de Delphi.

Con esos precedentes, los ciudadanos y, sobre todo, los trabajadores tienen argumentos fundados para temer, para estar alerta. Sin embargo, conviene mantener la cabeza fría y diferenciar las características de cada episodio.

En el caso de la Bahía de Cádiz y Delphi, lo que se produjo hace ahora un año fue un reagrupamiento de funciones y empleados, en El Puerto de Santa María, con el respaldo de los sindicatos tras muchos meses de tensión y protestas. Aunque el Gobierno de Madrid ha dado sobrados motivos para la desconfianza, en este conflicto parece que ha velado por mantener los mismos puestos de trabajo.

Es cierto que ver cómo se reajustan los centros de Airbus en Cádiz mientras se abren enormes plantas en Getafe o en Portugal resulta inquietante. Pero de ahí a hablar de «traición» como el alcalde de Cádiz, el inefable Kichi, dista un abismo. Esa brecha es la que separa el sentido común y la responsabilidad política del disparate y el vandalismo institucional que tanto gusta practicar al regidor gaditano.

Las grandes centrales y el Ministerio de Industria defienden, reafirman, que Airbus no ha incumplido ni una coma de aquel acuerdo, que no se han perdido empleos y que las gestiones que haga en Madrid o en un país vecino son absolutamente ajenas a la situación de la Bahía de Cádiz, que no tienen relación.

La situación en El Puerto de Santa María sería la misma sin esas otras factorías, así que no hay por qué considerarlas «traición» ni vincularlas con la actividad en la comarca gaditana. Todos tenemos motivos para estar muy al tanto, al quite, con todo lo que suceda en las grandes industrias afincadas en Cádiz pero sin precipitaciones ni exabruptos propios de los adeptos al megáfono.

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