El APunte
Inestabilidad laboral y personal
Los contratos temporales de los profesionales sanitarios condicionan su día a día
La salud es lo primero. Todo queda en un segundo plano si caemos enfermo. De ahí que, independientemente del modelo de gestión, en buena medida todos estamos en sus manos, en las de los profesionales sanitarios que tratan de salvar vidas durante su jornada laboral. Cuando esta acaba, las preocupaciones de médicos y enfermeros son las mismas que la de cualquier ciudadano de a pie: Pagar la hipoteca, hacer la compra, cuidar de sus hijos, etc...
Pese al reconocimiento que se ganaron durante la peor época de la pandemia, algunas veces no tenemos en cuenta el factor humano de los sanitarios. A pesar del aumento presupuestario para afrontar la crisis del Covid, la temporalidad de sus contratos supone un auténtico calvario para poder llevar una vida estable fuera de los hospitales y de los centros de salud.
La incertidumbre laboral en el campo médico es una preocupación válida, ya que puede afectar tanto a la estabilidad laboral como a la vida personal de los médicos. Los contratos temporales pueden dificultar la obtención de hipotecas y generar estrés financiero. Es importante que los sistemas de salud y las instituciones consideren políticas que brinden mayor estabilidad a los profesionales médicos para asegurar la calidad de la atención médica y su bienestar económico. Pese a su solvencia económica, las entidades bancarias son reticentes a conceder préstamos a quienes no pueden asegurar que estarán trabajando en los próximos meses.
Los médicos y enfermeros tienen en la incertidumbre laboral al peor de sus enemigos. Si bien es cierto que faltan más licenciados, y que por tanto pueden encadenar contratos indefinidamente, lo realmente preocupante para el sector sanitario es que los procesos burocráticos los mantienen en tensión, en muchas ocasiones, hasta agotar el último día de contrato.
Algunos pueden estar encadenando contratos durante prácticamente toda su vida laboral. Después de haber estudiado la licenciatura durante seis años y posteriormente haber aprobado el MIR, el examen que les habilita como especialistas en una determinada área, deben hacer prácticas como residentes un determinado número de años y finalmente, aprobar una oposición para lograr una plaza fija. Una auténtica maratón durante más de una década para alcanzar esta meta laboral.
Y si la situación de los médicos es complicada, más aún resulta la de los enfermeros que tienen más difícil encontrar la estabilidad deseada.
