El Apunte

Un falso progreso

La nueva legislatura nace marcada y ralentizada por un debate constante entre todos los aliados del PSOE

La Voz de Cádiz

La investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno de España ha salido conforme a la hoja de ruta cocinada a fuego lento desde Moncloa. Al final, 179 votos, una mayoría amplia en el Congreso, permitirán de nuevo a Sánchez gestionar el futuro de nuestro ... país. Sin embargo, detrás de esta victoria en la Cámara Baja se esconde una difícil coyuntura política que nos afectará a todos. Pedro Sánchez ha insistido en que su Gobierno será de progreso, aunque en el debate previo a la votación de investidura no se le escuchó un discurso conciliador y menos aún alguna palabra de humildad para esa otra mitad del país que no lo puede ni ver. La prepotencia de Sánchez ha sido manifiesta en la tribuna del Congreso al destilar un discurso que lejos de unir ha logrado lo contrario: separar más. Sus desplantes al PP y sus acusaciones a Vox lo dejan a merced del grupo de independentistas que le ha brindado su apoyo, pero con condiciones. Es aquí donde el progreso del que presume Sánchez se verá ralentizado, ya que cada reforma, cada movimiento en el tablero, por pequeño que sea, tendrá que pasar por el veredicto de quienes le han dado los votos a cambio de prebendas. No será, por tanto, una legislatura fácil, más bien nos encontraremos con un Congreso dividido donde los socios del PSOE tratarán de frenar cualquier atisbo de avance si antes no se han compensado sus intereses. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha desvelado, precisamente, este jueves su saludo al socialista Pedro Sánchez cuando se ha acercado a su escaño en el Congreso para felicitarle tras ser investido presidente del Gobierno: «Esto es una equivocación». Feijóo ha afirmado que el PSOE está en manos de aquellos que quieren «un reconocimiento de nación distinta a la de España» y «un referéndum de autodeterminación». «Y si esto no se hace han dicho que esta legislatura peligra», ha advertido, para añadir que «lo que necesita España es estabilidad, y no peligro en este momento». En la misma línea se ha pronunciado una de las voces más destacadas del tejido empresarial español, Juan Roig, presidente de Mercadona, que tras pedir tranquilidad a la clase política, ha hecho otro llamamiento para «que no se pongan palos en las ruedas», al tiempo que ha advertido de que se está produciendo una división entre españoles «que no es nada buena». Roig ha llegado a apuntar que si el clima político que se vive en España se estuviese dando en Portugal, donde la compañía está en claro proceso de expansión, Mercadona «ralentizaría las inversiones».

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