El Apunte
Cádiz se seca
La preocupante situación de los pantanos de la provincia obliga a las instituciones a adoptar medidas restrictivas, mientras que las lluvias y las inversiones en obras hídricas no palien la situación de sequía
Los pantanos se secan. Las últimas lluvias caídas esta semana no es más que una gota en el desierto. Que el agua potable escasea, es una realidad a la que tendremos que adaptarnos si la situación no cambia de una forma drástica.
Los números no engañan. Los embalses de la provincia gaditana están al 15,62%, lo que supone que ha perdido algo más de cinco puntos y medio con respecto a la misma fecha del pasado año. Y la comparativa es aún más preocupante respecto en la última década, ya que entonces los embalses se encontraban al 50.62% de su capacidad. Actualmente hay 283,42 hectómetros cúbicos de agua embalsada sobre una capacidad total de 1.821 hectómetros cúbicos.
La ausencia de precipitaciones ha provocado que algunos municipios hayan tenido que establecer medidas restrictivas, y lo peor es que se espera que se puedan endurecer.
De momento se ha recomendado para todos los municipios de la demarcación hidrográfica del Guadalete-Barbate afectadas es que se baje la presión del agua corriente en tramos que abarcan las tardes y las madrugadas.
Los más viejos del lugar no olvidarán que en la década de los noventa, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y los ayuntamientos de los quince municipios que componen la llamada Zona Gaditana acordaron el corte de agua desde las nueve de la noche hasta las siete de la mañana.
Algunos vecinos del embalse de Bornos, señalaban durante el reportaje publicado hoy en LA VOZ, que las tuberías rotas y otras deficiencias provocan la pérdida del 50% del agua potable.
Por ello, ante la situación de sequía, la Junta de Andalucía insiste en la necesidad de mejorar las obras hidráulicas en lo que su presidente, Juanma Moreno, ha venido a llamar «la legislatura del agua» por lo que, según aseguran, van a invertir 578 millones de euros, un 114% más respecto a 2018. Dicha cuantía irá dirigida a obras hídricas, mejora de la eficiencia de las infraestructuras, restauración de cauces y ayudas al regadío, y redundará en sectores económicos como la agricultura y la ganadería o el turismo, tan afectados por la falta de agua.
