OPINIÓN
Las plazas sin salida
Esta ciudad, como muchas, cometió la equivocación de colocar un aparcamiento público en el mismo corazón del centro histórico
El continuo y desagradable sonido de las bocinas, molestaba. Subía desde la calle y distraía de cualquier concentración o actividad querida. Duros atascos producidos por vehículos que esperaban entrar en el subterráneo con otros que querían salir, indiscriminadamente cruzados, por una posible calle de la ...
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