OPINIÓN

Madre natura

Los efectos devastadores de los últimos fenómenos terráqueos, llaman nuestra atención por inesperados, desastrosos y en sitios que nunca adivinaríamos

José María Esteban

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Las imágenes, por impactantes, insisten en que madre natura cuando aparece, es intensa y desafiante. Nuestra capacidad de asombro sucumbe al comprobar como este mundo se autodefine súbita y sorprendentemente, a través de una continua y dura génesis. Aunque con el tiempo todo parezca estable, seguro y cómodo, puede suceder lo que en estos días nos abruma en Marruecos y Libia, por la enorme calamidad de sus efectos.

El planeta Tierra, como los demás de este sistema solar, son puntos insignificantes en el gran diseño universal, donde sin saber aún por qué, nos ha tocado existir. Los científicos siguen buscando las razones ocultas de su origen y desarrollo. Parece que la teoría de Georges Lemaître del Big Bang: la «gran explosión», sea la más segura desde la complejidad física que la sostiene. Nos «movemos» entre el determinismo del destino y las impredecibles variaciones de la deriva universal. Todos los avances y teorías, se hacen con la condición de entenderlas probables y sujetas a reelaboraciones. Se avanza en el estudio del Quinteto de Stephan, una imagen de una agrupación de cinco galaxias de más de 150 millones de píxeles, que sigue proporcionando nuevas informaciones. Desde Aristarco; Tolomeo; pasando por Copérnico; Brahe; Kepler; Galileo; Newton; Einstein; Hubble; Hawking; etc., hasta James Peebles, que incluso modifica la Cosmología, poniendo en duda el mismo Big Bang, seguimos investigando. Existen las preguntas, pero continuamos buscando las respuestas.

Los efectos devastadores de los últimos fenómenos terráqueos, llaman nuestra atención por inesperados, desastrosos y en sitios que nunca adivinaríamos. Las estadísticas saltan por los aires con los datos conocidos. Tormentas en desiertos secos; diluvios densos y torrenciales en sitios de pequeñas escalas; terremotos; calores insistentes y tremendos, etc. Impulsos que van arrasando contundentemente parte de lo poblado. Es como si hubiera que cambiar la comprensión de nuestros lugares habitados. Ahora colgamos las respuestas de una teoría, que tampoco somos capaces de descifrar efectivamente, y que denominamos «cambio climático». Todo lo que ocurre fortuito y dañino, se achaca a sus efectos.

Nuestra venida a este planeta, -aunque nos creamos lo de la evolución de Darwing, por ahora la más entendible-, es un concepto no concluyente. Sabemos que nuestros terrenos y aires se mueven y manifiestan debido a leyes físicas bastante estudiadas, pero sin capacidad de control y prevención. La Ciencia permite el acercamiento a la verdad, pero es tan grande la naturaleza del universo que creo que estamos empezando a conocerlo. Además, esa verdad la estamos creando nosotros mismos, con nuestros propios y humildes conocimientos.

La historia de la Humanidad, por cierta y conocida, nos demuestra que los cambios siempre han existido. La enorme capacidad de nuestra especie para irse adaptando a estas mutaciones le permite sobrevivir. Debemos repensar los ambientes habitables, todos, no solo los arquitectos, y hacerlos menos densos, más flexibles, móviles y con mayor resiliencia, ante estos rápidos procesos. Ir a zonas, donde pudieran preverse «relativamente», que no nos sacudan estos sustos.

Si algo hemos aprendido del urbanismo es a ubicarnos en suelos estables y seguros, donde haya agua, comida y la atmosfera no sea dañina. Pero pertenecientes, como somos, a un mundo cambiante e incierto, nuestra inteligencia debe aceptar la inevitable fuerza de madre naturaleza, y aprender de ella. No nos creamos dioses, solo somos parte de la digestión del universo. Salud y suerte.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación