OPINIÓN

Perder es ganar para Feijóo

Tarde o temprano los sindicatos no podrán seguir parando a sus sindicalistas y la calle volverá a arder con reconversiones y ertes

Javier Fornell

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Para Feijóo y para el PP, perder en la investidura puede ser ganar. Puede serlo ya que en nuestro país hemos optado por un sistema en el que el PSOE despilfarra y hace regalías en vacas gordas. Pero cuando las vacas flaquean es al PP al que le toca bailar la pieza más fea, esa que habla de recortes e impuestos. Por eso, esta vez, Feijoo puede haber ganado mucho más que Sánchez.

La situación económica actual no es buena, por más que se enmascare con estadísticas y datos macroeconómicos. La realidad es que cada día nos es más difícil llegar a final de mes; que cada vez la cesta de la compra es un poquito más cara que la vez anterior. Que la gasolina sigue en alza mientras ellos, los políticos, se enlazan en debates estériles sobre pinganillos y lenguas varias.

Un debate en el que van alejándose de la sociedad y dan la espalda a unos votantes que estamos de amnistía y puigdemones hasta la fila del Mercadona. Que lo que queremos es poder volver a comprar pescado sin pensar en el dispendio que provocará nuestras cuentas. Hace mucho que la política se alejó de lo que debía ser. Personajes como Pedro Sánchez más nos recuerdan a Nerón que a Felipe II. Locos de poder, dispuestos a dar prebendas llamando cruel a su rival para seguir alzado en su sillón. ¡Que arda Roma si es necesario! Parece pensar desde su pedestal. Su risa de ayer (lo siento, me sigue pareciendo el malo de Aladín) lo demuestra.

Demuestra que la imagen que proyecta es también la de su persona más íntima: sobreactuado, ególatra, adicto al poder. Un Nerón en su más trágica expresión. Por eso, que no gobierne Feijóo será una victoria para Feijóo. Sánchez está en el final de una época casi dantesca para nuestra sociedad y sus regalos cada vez serán más escandalosos. Pagar su investidura con una amnistía será la estocada final para el sanchismo, pero también para el socialismo.

El PP esta vez no estará para salvarlo de la quema, para convertirse en el blanco de las críticas. Tarde o temprano los sindicatos no podrán seguir parando a sus sindicalistas y la calle volverá a arder con reconversiones y ertes. Tarde o temprano, vendrán los recortes impuestos desde una Unión Europea que mueve nuestros hilos económicos. Y Sánchez no podrá culpar a Feijóo, ni a Aznar, ni a Rajoy; no podrá quemar en la hoguera mediática a Pablo Iglesias y solo le quedará buscar las majaderías de Irene Montero para esconder bajo el humo sus políticas.

El PP gana mucho al no presidir esta legislatura. Es importante que el discurso cambie, que deje de verse al partido popular como el enemigo de los trabajadores. Y eso se conseguirá ahora, cuando Sánchez tenga que gobernar sin los recursos post-pandemicos ofertados por la UE; cuando ya no pueda seguir achacando a la guerra de Ucrania la subida de los precios; cuando el paro comience a mostrar su rostro real. Hasta ahora el PSOE volvía tras la recuperación económica motivada por el PP creando una idea colectiva de que con ellos se vive mejor. Ahora le tocará bailar con demasiadas parejas de baile como para no pisarles los pies. Demasiadas promesas que cumplir y demasiado poco de donde rascar: tu bolsillo y el mío.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación