La nueva inteligencia

Un simple uso de ChatOpenai (la más importante de las páginas que han surgido en estos tiempos) muestra que la inteligencia artificial es más artificial que inteligencia y que necesita personas físicas detrás para controlar sus resultados. De hecho, para este artículo, y aprovechando el día del libro, probé a preguntarle por escritores que hubiera recibido su inspiración en Cádiz. Y el resultado es maravilloso. Después de hablar de José María Pemán, Rafael Alberti, Pepe Hierro, Pérez Reverte o Lord Byron, te suelta un:

Otro escritor que pasó por Cádiz y que dejó huella fue el francés Alexandre Dumas, quien visitó la ciudad en 1846 y quedó fascinado por su arquitectura y su historia. De hecho, en su obra «Los Tres Mosqueteros» hace referencia a la ciudad y a su famoso Carnaval.

Y aquí es cuando hace falta la inteligencia natural detrás. ¿Realmente Alejandro Dumas habló del Carnaval de Cádiz en 'Los tres mosqueteros'? La respuesta es que no; pero la aplicación lanza su búsqueda en las redes y une lo que lee para crear el texto. Y lo que lee es que Los Tres Mosqueteros estuvieron en el Carnaval de Cádiz. Para ser exactos en 1994 y en forma de cuarteto… de árbitros. Pero la IA no entiende de esas cosas, busca en la red, le aparecen las referencias y crea su texto.

Lo más curioso es que muchos creen que está aplicación (que es muy buena si se sabe utilizar) va a terminar con su trabajo. Por ejemplo, en el gremio de escritores ya son muchas las voces que se alzan en contra, mientras en Amazon comienza a promocionarse libros como «escritos por inteligencia artificial». Personalmente, ese tipo de libros no me aportan, ya que, a la hora de escribir, además de inteligencia hay que tener alma. Y estos carecen de ella, como casi cualquier los textos que se escribe usando las diversas aplicaciones.

Sin embargo, los avances siempre han dado miedo y al estar ante una nueva renovación tecnológica creemos que van a terminar con la humanidad. Pero esto no es más que un nuevo vehículo que se podrá usar para hacer más sencillo nuestro día a día, como fue la llegada de los teléfonos o de internet. Obviamente puede tener malos usos, y eso hace que se necesaria una buena regulación para evitar problemas.

Es cierto que desde los Estados ya se están tomando medidas, pero es más por el miedo a perder el control de la nueva aplicación que por pensar en los ciudadanos. La regulación no debe ser prohibición, que es lo que están planteado, sino que debe ser control y búsqueda de nuevas salidas profesionales mediante el uso de una aplicación que ha venido a quedarse.