Viva el fútbol

El mundo del balompié está podrido, por eso sólo nos quedamos con lo que ocurre dentro del campo, que es apasionante; como esta noche le ganemos al Barça a ver quién se acuerda de las corruptelas de Laporta

Ignacio Moreno Bustamante

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Probablemente nunca nos enteraremos del verdadero trasfondo de todo el supuesto escándalo del pago de millones de euros por parte del FC Barcelona para obtener beneficios arbitrales durante años. Probablemente no. Vaya usted despidiéndose de ello. Jamás nos enteraremos. El mundo del fútbol es el ... sector más opaco de nuestra sociedad. Por no decir directamente corrupto. Durante años lo fue también la política, pero afortunadamente eso ha cambiado mucho. A raíz de la crisis económica de 2008 empezaron a aflorar en los medios de comunicación decenas de casos de corrupción, casi siempre gracias a denuncias de personas que durante años se beneficiaron de esa misma putrefacción, pero que al llegar las vacas flacas se quedaron sin su parte del pastel. Y claro, tiraron de la manta. Sea como fuere, lo cierto es que después de tantos y tantos escándalos –muchos de ellos aún pendientes de resolución judicial– la política sufrió un descrédito como nunca antes había vivido. Pero al mismo tiempo se extremaron las 'palancas' de vigilancia, que fueron más allá de los propios políticos. Hoy día no hay un interventor o un secretario del más pequeño de los ayuntamientos que firme un papel sin tener antes el 200% de garantías de que todo es legal, porque quien va al trullo es él. Se acabó aquello de las comisiones ilegales, de las tarjetas opacas o de las recalificaciones de terrenos. Al menos como práctica habitual, que listos y pillos sueltos siempre va a haber.

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