SIN ACRITUD
Que pase el siguiente
Mientras no se cambie la forma de luchar contra el narcotráfico, seguirán muriendo agentes
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Iniciar sesiónKarim El Baqqali ya está entre rejas. Al fin. El narco más buscado. Le echaron el guante. Nunca nos enteraremos de cómo ha sido el dispositivo que ha permitido finalmente llevarle ante el juez y que a esta hora esté durmiendo en Puerto II. Agentes ... infiltrados, colaboración de Marruecos, presión policial, presión de las propias organizaciones de narcotraficantes –que estaban viendo el negocio mermado por culpa de la intensa vigilancia policial desde los asesinatos de Barbate–, miedo a tener que cumplir condena en una cárcel marroquí, con lo bien que se vive en una española... sea como fuere, bien está lo que bien acaba. Si es que hay algo bueno en estas historias de delincuentes de la droga que campan a sus anchas por toda la costa andaluza, especialmente en la de Cádiz. La pregunta ahora es evidente. ¿Cuánto tardará en salir a la palestra otro Karim? ¿Cuántos hay, de hecho, en este preciso instante durmiendo en una lancha, a varias millas de la costa, esperando a que les avisen para alijar o para recoger inmigrantes a los que llevar de Marruecos a cualquier playa de la provincia? Los hay a cientos. Y los va a seguir habiendo. Porque la lucha contra el narcotráfico es una lucha muy desigual. Es un minúsculo David frente a un gigantesco Goliat. Es embarcaciones de ultimísima generación, con motores de potencia descomunal, que pasan como cohetes junto a las lanchas de la Guardia Civil, que ni siquiera pueden hacer disparos disuasorios. Y es sobre todo ingentes cantidades de dinero, obscenas cantidades de billetes contantes y sonantes, con los que comprar voluntades de todo tipo de gente, desde humildes vecinos de un pueblo, a chavales deseosos de ganar dinero fácil. Y por supuesto a funcionarios, de cualquier administración, que necesiten para llevar a cabo sus fechorías. Difícil luchar contra eso. Directamente imposible si se sigue haciendo como hasta ahora, basándose única y exclusivamente en la profesionalidad y entrega de unos agentes de Guardia Civil, Policía Nacional y Aduanas, cada día más hastiados. Más frustrados. Más desmotivados.
Cádiz es la entrada natural de droga para toda Europa. Eso no podemos evitarlo. Pero hay otras muchas cosas que sí. Para empezar, como bien ha dicho esta semana el consejero de Justicia de la Junta, José Antonio Nieto, siendo la Audiencia Nacional la que se haga cargo de este tipo de juicios. Karim no tenía que haber sido trasladado el viernes al juzgado de Barbate para declarar, sino directamente a la capital de España. Allí deberían centralizarse los juicios a narcotraficantes. No tiene ningún sentido que la pequeñísima sala barbateña tenga que instruir una causa que a todas luces le viene grande, para la que no dispone de los medios necesarios. Y que, por ridículo que parezca, debe compaginar con otras por divorcios o robos en un supermercado. O para oficiar bodas. La imagen que acompaña a este artículo es muy descriptiva, fíjese en los carteles en la puerta junto a los agentes. En definitiva, asuntos menores que retrasan los juicios eternamente, lo cual juega en beneficio de los narcos. El segundo paso es centrar las investigaciones en el patrimonio de todos los miembros de los clanes de la droga, especialmente sus cabecillas y familiares. Asfixiarles económicamente. Que no puedan hacer uso del dinero negro que esconden por millones en paredes, baños o enterrados en mitad del campo. Es el único modo de empezar a poner coto de verdad a este auténtico drama que nos asola desde hace años. Una tercera pata de este destartalado banco sería iniciar campañas de concienciación sobre el consumo de drogas. Si se venden tantas cantidades de hachís y cocaína es porque hay muchísima gente que las consume y las compra ilegalmente. Cómplices indirectos de los asesinos de agentes, aunque estén tranquilamente en sus casas o de fiesta e incluso se indignen cuando ven las noticias. Cambiar eso es, a día de hoy, utópico. Pero en algún momento algún dirigente público debería enarbolar esa bandera y liderar una cruzada real contra tanto consumo de drogas.
Mientras estas medidas, y muchas más, no se tomen, van a seguir muriendo agentes. Es así de duro y así de cierto. De hecho, después de los de Barbate ya fallecieron otros dos arrollados por un camión durante un control en la autopista. Sólo hemos de esperar a que ocurra. Y por cierto, importante también. Bien está que las asociaciones de agentes de las fuerzas de seguridad pidan, exijan, que se investiguen todos los hechos y se llegue hasta el final. Pero no hay que olvidar que aquí el único culpable es quien pasa una y otra vez con una enorme lancha por encima de unos agentes que navegan en una pequeña 'goma'. Si quieren apuntar hacia arriba, que empiecen por el ministro de Justicia, que es el responsable último de dotarles de más y mejores medios. Quien por cierto, fue el que se cargó OCON-Sur y ha cambiado cinco veces en seis años de director general de la Guardia Civil. Algo está haciendo mal. Muy mal. Y él mismo lo sabe.
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