SIN ACRITUD

Que pase el siguiente

Mientras no se cambie la forma de luchar contra el narcotráfico, seguirán muriendo agentes

Agentes de la Guardia Civil custodian los juzgados de Barbate mientras declara Karim El Baqqali. L. V.
Ignacio Moreno Bustamante

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Karim El Baqqali ya está entre rejas. Al fin. El narco más buscado. Le echaron el guante. Nunca nos enteraremos de cómo ha sido el dispositivo que ha permitido finalmente llevarle ante el juez y que a esta hora esté durmiendo en Puerto II. Agentes ... infiltrados, colaboración de Marruecos, presión policial, presión de las propias organizaciones de narcotraficantes –que estaban viendo el negocio mermado por culpa de la intensa vigilancia policial desde los asesinatos de Barbate–, miedo a tener que cumplir condena en una cárcel marroquí, con lo bien que se vive en una española... sea como fuere, bien está lo que bien acaba. Si es que hay algo bueno en estas historias de delincuentes de la droga que campan a sus anchas por toda la costa andaluza, especialmente en la de Cádiz. La pregunta ahora es evidente. ¿Cuánto tardará en salir a la palestra otro Karim? ¿Cuántos hay, de hecho, en este preciso instante durmiendo en una lancha, a varias millas de la costa, esperando a que les avisen para alijar o para recoger inmigrantes a los que llevar de Marruecos a cualquier playa de la provincia? Los hay a cientos. Y los va a seguir habiendo. Porque la lucha contra el narcotráfico es una lucha muy desigual. Es un minúsculo David frente a un gigantesco Goliat. Es embarcaciones de ultimísima generación, con motores de potencia descomunal, que pasan como cohetes junto a las lanchas de la Guardia Civil, que ni siquiera pueden hacer disparos disuasorios. Y es sobre todo ingentes cantidades de dinero, obscenas cantidades de billetes contantes y sonantes, con los que comprar voluntades de todo tipo de gente, desde humildes vecinos de un pueblo, a chavales deseosos de ganar dinero fácil. Y por supuesto a funcionarios, de cualquier administración, que necesiten para llevar a cabo sus fechorías. Difícil luchar contra eso. Directamente imposible si se sigue haciendo como hasta ahora, basándose única y exclusivamente en la profesionalidad y entrega de unos agentes de Guardia Civil, Policía Nacional y Aduanas, cada día más hastiados. Más frustrados. Más desmotivados.

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