La hora de los valientes

Los representantes del PSOE gaditano deberían alzar la voz contra la deriva que está tomando Pedro Sánchez, aunque sea por tranquilizar sus conciencias. No lo harán, y serán complices de lo que está por venir

Ignacio Moreno Bustamante

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En Cádiz no hay 'barones' del PSOE. Hubo un tiempo en que sí. Hace ya años. Quizá en aquellos tiempos lo de 'barones' no se estilaba, pero desde luego había hombres con mucho poder en el PSOE. Andaluz y nacional. Empezando por Manuel Chaves. Y otros muchos de apellidos ilustres en el socialismo de la Transición como Pizarro, Perales, Gómez Periñán, González Cabaña, Blanco, Vargas Machuca... todos ellos llegaron a la capital gaditana desde diversos puntos de la provincia, fundamentalmente Alcalá de los Gazules, y se hicieron fuertes aquí. Tanto, que se codearon con Felipe González y Alfonso Guerra e hicieron carrera copando puestos de alta responsabilidad, tanto provincial como regional. Hoy todos ellos están fuera de la política. Algunos directamente fallecidos, otros jubilados y alguno también con serios problemas con la Justicia.Esa Justicia que sus herederos están socavando, desprestigiando y manipulando. Esta semana hemos vivido días muy difíciles de los que seguro que usted está más que informado. El Gobierno de España ha pisoteado la Constitución, el Estado de Derecho, al Tribunal Constitucional, al Consejo General del Poder Judicial y a absolutamente todo lo que tenga que ver con la separación entre el poder ejecutivo y el judicial. Un terrible daño del que no parece que los españoles seamos del todo conscientes. Todo, por una única razón: la necesidad de Pedro Sánchez de complacer a sus socios podemitas, bilduetarras o de Esquerra.

Esta peligrosísima deriva a la que nos ha arrastrado el actual líder del PSOE sólo puede acabar de dos formas. Bien dentro de un año cuando no tenga más remedio que convocar elecciones generales, bien siendo sus propios compañeros de partido los que decidan unirse para hacerle caer.Esta segunda opción es prácticamente inviable. Sobre todo porque ya lo intentaron una vez y salieron todos ellos 'escaldados' y Sánchez muy reforzado. Desde entonces el Partido Socialista Obrero Español se ha convertido en el partido del silencio y la obediencia. De la férrea disciplina impuesta por un líder resentido con muchos de los suyos. Un cortador de cabezas sin escrúpulos. Un pisoteador de las siglas de su propia organización. Sólo uno de esos 'barones', Emiliano García Page, ha sido capaz de levantar la voz por todo lo que está pasando. Lo de Lambán fue casi un chiste. Quizá también algún otro dirigente de segunda fila, como el alcalde de Valladolid, Óscar Puente. Poco más.

Personalmente echo de menos que los herederos de aquellos Perales, Pizarro y demás históricos del PSOE gaditano den un paso al frente. Es obvio que no tienen ni una cuarta parte del poder que tuvieron sus antecesores, pero sí deberían tener algo de conciencia, de amor propio, de respeto por la organización política a la que pertenecen. Es hora de ser valientes, honrados con ellos mismos. Nombres hay muchos: Juan Carlos Ruiz Boix, presidente de Diputación; Irene García, vicepresidenta segunda de la Mesa del Parlamento andaluz; Jose Pacheco, delegado del Gobierno; Fran González, delegado especial de la Zona Franca; Óscar Torres, candidato a la alcaldía de Cádiz; José Ramón Ortega, diputado en el Congreso; Mamen Sánchez, alcaldesa de Jerez... Me consta que la mayoría de ellos son honrados, diligentes y eficientes, que es lo mínimo que se le puede pedir a un político hoy día. Pero esta situación exige mucho más que eso. Exige valentía. La suficiente para alzar la voz, como Page o Puente, y decir alto y claro que por este camino no. Que se está poniendo en juego ni más ni menos que la democracia en España. No tengo ninguna esperanza. Sé que no lo harán, pero es una pena que dejen pasar la oportunidad de, al menos, expresar su malestar y preocupación. De tranquilizar sus conciencias. Aunque eso signifique poner en riesgo sus respectivas carreras políticas dentro del PSOE. De este PSOE doblegado por Sánchez. Hora para los valientes, insisto. Ojalá Cádiz, el socialismo gaditano, se rebele. Pero mucho me temo que esa breva seguirá en su higuera. No caerá. Y ellos serán cómplices de todo lo que está por venir.

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