Una gran oportunidad

Cádiz es la tercera provincia que más crece de Andalucía, cosa que no es baladí; ahora se trata de afianzar esa posición y seguir creciendo con paso firme

Ignacio Moreno Bustamante

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La provincia de Cádiz es la tercera que más crece en Andalucía. Se escribe y se lee así rápido, como de pasada. Pero merece la pena hacer un pequeña pausa y acompañarla de una reflexión. La tercera de Andalucía. Sólo nos superan Sevilla y Málaga. Pero es que a día de hoy esas dos juegan otra liga. La primera, al margen de por tradición histórica y por ser la capital, tiene en el turismo y la construcción dos de sus principales motores económicos, además de una industria aeronáutica muy afianzada. Y la segunda porque viene haciendo las cosas muy bien desde hace mucho tiempo. Al margen obviamente del turismo, se ha convertido en el gran referente nacional de la tecnología. Es la provincia donde se crean más empresas del sector, con lo que supone de atracción de riqueza. La Champions es para ellas dos, sólo falta ver quién la juega como primera y quién como segunda. Pero es que el tercer cajón del podio estaba libre. Medalla de bronce en una final a ocho no es algo menor. Y de momento la hemos cogido los gaditanos. Ahora se trata de afianzarnos ahí e ir creciendo. Poco a poco. De forma ordenada. Porque si somos los terceros en crecimiento es porque algunas cosas se han hecho bien, no cabe duda. Pero también, y esto es lo sorprendente, pese a lo mal que se han hecho otras muchas históricamente.

La principal es que nunca hemos sabido cuál era nuestro modelo económico real. A qué queríamos jugar. Apostamos por la industria hace décadas pero haciendo cada uno la guerra por su cuenta. Sin un plan común. Sin trazar líneas estratégicas compatibles entre la industria naval –de carácter público–, y la aeronáutica –privada–. Sin centrar el tiro. Quisimos ser referente también en la automovilística y así nos salió lo de Delphi. Hoy, por fin, parece que hemos sido capaces de ordenar los astilleros, con Cádiz como epicentro de las reparaciones, Puerto Real de la construcción civil y San Fernando de la militar. Y en la aeronáutica, con un único y gran complejo en El Puerto en el que, pese al populismo y la mentira de unos cuantos que afortunadamente ya son marginales, no se ha perdido ni un solo puesto de trabajo. A ello se une el polo químico del Campo de Gibraltar. Y por supuesto el evidente crecimiento en turismo y en comercio exterior, donde tanto el puerto de Algeciras como el de Cádiz, así como Jerez con el vino, juegan un papel fundamental. Agricultura, ganadería y pesca siguen siendo las grandes asignaturas pendientes, aunque este es un mal común a muchas otras zonas de Andalucía y de España. Pero en general parece que, por fin, hemos sabido alinear nuestras fuerzas económicas. Y si no se nos cruzan elementos externos en forma de pandemias, guerras cercanas o crisis financieras globales, todo indica que a corto plazo debería comenzar un ciclo de crecimiento sostenible durante los próximos años. Que ya nos toca, después de casi dos siglos cuesta abajo.

Porque además hay otro factor que puede, debe, ser clave. El político. Si se cumplen los pronósticos, el próximo 23 de julio habrá cambio de Gobierno. La Moncloa volverá a pintarse de azul. Eso significa que, por primera vez en nuestra democracia ¡por primera! todas las grandes administraciones públicas estarán teñidas del mismo color. A saber. Varios de los grandes ayuntamientos, como los de Cádiz, El Puerto, Jerez o Algeciras. Además con mayorías absolutas. En Diputación es cuestión de días, o de horas, que se anuncie el acuerdo entre Juan Franco y Bruno García como presidente provincial del PP. Obviamente con Juanma Moreno en la Junta de Andalucía. Ayuntamientos, Diputación, Junta y Gobierno, todas del mismo signo. Con lo que significa eso de 'desastacador' de problemas cronificados, de asuntos paralizados durante décadas por falta de entendimiento entre administraciones de distintas siglas. O por simple interés partidista. Ya no habrá excusas para no hacer realidad tantos proyectos pendientes. Poco a poco. Paso a paso. Pero firmes. Estamos ante una oportunidad histórica. Jamás nos hemos visto en otra. Sin injerencias populistas que lo único que hacen es frenar el desarrollo. Cádiz se lo merece. Los gaditanos lo merecemos. Y también estamos obligados, como sociedad, a exigirlo. Es, debe ser, nuestra hora.

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