SIN ACRITUD

Aquel domingo de mayo del 17

El día que Pedro Sánchez recuperó el control del PSOE comenzó el declive que nos ha llevado a la actual situación en España

El domingo 21 de mayo de 2017 empezó todo. Aquel día de hace ya seis años y medio, en Cádiz soplaba levante fuerte. Alerta amarilla por rachas de hasta 97 kilómetros por hora que provocaron caídas de ramas y árboles por toda la provincia. ... En algunas cosas la vida sigue igual. Como en el fútbol. Entonces el Cádiz militaba en Segunda, pero estaba inmerso en una racha negativa de nueve partidos sin ganar. Muy parecida a la actual, muy parecida a la mayoría de las rachas vividas en sus más de cien años de historia. Y aquel domingo el Real Madrid ganó en Málaga 0-2 y se proclamó campeón de Liga. Sin embargo, el verdadero triunfador aquel día no fue Zidane, entonces entrenador blanco, sino Pedro Sánchez Pérez-Castejón. Aquel domingo de primavera recuperaba el control del PSOE después de haber sido defenestrado por los 'barones' de su propio partido, encabezados por Susana Díaz, apenas unos meses antes. La razón, su 'disparatada' idea de asociarse con la extrema izquierda y los independentistas para impedir que Mariano Rajoy fuera presidente. Los pesos pesados no podían permitir que se cruzara esa línea roja. El Partido Socialista Obrero Español debía mantenerse fiel a sus principios fundacionales. Y la primera medida fue obligar a Sánchez a dimitir como secretario general. Pero juró volver. Y aquel nefasto 21 de mayo de 2017 se impuso en las elecciones primarias con un 50,2% de los votos, frente al 39,94% de Susana Díaz –hoy día completamente defenestrada y más callada que en misa– y el 9,85% de Patxi López –que por entonces decía cosas como «Vamos a ver, Pedro, ¿sabes lo que es una nación?» y hoy es un 'sanchista' recalcitrante, que ha cambiado el dicho 'renovarse o morir' por 'humillarse o morir'–. Desde entonces hasta hoy el deterioro de nuestro país en todos los sentidos es más que palpable. Se ha escrito tanto sobre ello que no merece la pena repetirse con lo de la fractura social, la denigración de las instituciones, el fin de la separación de poderes, la justificación de la mentira... una pérdida de valores de la que nos costará recuperarnos. Al margen de las facilidades dadas al independentismo para que vayan alcanzando sus metas poco a poco. Todo esto es muy evidente y puede resultar cansino repetirlo, aunque no debemos dejar de hacerlo. Nuestra obligación como demócratas que hemos disfrutado de más de 40 años de paz, prosperidad y crecimiento gracias a la Constitución Española es no caer en la tentación de bajar los brazos y en la apatía, pues eso es precisamente lo que buscan los actuales dirigentes de nuestro país y sus aliados.

Sin embargo, este daño doloroso y palpable no es el único que estamos sufriendo.Hay otro en mi opinión igual de grave: el empobrecimiento de la clase media. Es decir, de la inmensa mayoría de la población. El gobierno socialcomunista de Sánchez no ha sido capaz de implantar ni una sola medida real que ayude a paliar los efectos de la inflación. Y no lo ha hecho porque el primer beneficiado por ese desorbitado e insostenible crecimiento de todos y cada de los productos de consumo es el propio Gobierno. A mayor precio, mayor recaudación en forma de impuestos. Miles de millones de euros que pasan cada mes directamente del bolsillo de los ciudadanos a las arcas de Hacienda. Esta situación, harto preocupante para las familias españolas, se torna en humillante cuando encima nos quieren 'distraer' con regalías como transporte gratis para los jóvenes o rebaja del IVA a determinados alimentos. Medidas únicamente de cara a la galería del todo ineficaces para afrontar el problema desde su raíz.

Por supuesto, esta coyuntura se agrava aún más si cabe en una provincia como la nuestra. Cádiz –también es tristemente conocido desde hace décadas– lidera mes tras mes las listas del paro. Y nuestros sueldos están muy por debajo de la media nacional. Ahora ya sabemos que esta situación no va a mejorar durante los próximos cuatro años. En todo caso empeorará. Sánchez ha ignorado una y otra vez a Cádiz desde que es presidente del Gobierno, pese a que su secretario general en la provincia, Juan Carlos Ruiz Boix -otro 'antisanchista' reconocido y ahora reconvertido- se empeñe en tratar de vender lo contrario. Pero los hechos son más tozudos que las palabras y la falta de inversiones del Gobierno de España en nuestra provincia en los últimos años es evidente. Tanto como la de este año de la Junta de Andalucía, que tanto han criticado con razón. El hospital de Cádiz y la Ciudad de la Justicia, que son competencia autonómica, no han recibido ni un euro en el presupuesto andaluz de 2024. A ver cuánto recibimos en los Presupuestos Generales del Estado para el nudo de Tres Caminos, para el desdoble de la A4 o el del tramo entre Vejer y Algeciras. O a ver cuánto se destina a planes especiales de empleo, que buena falta nos hacen. O a medios policiales en el Campo de Gibraltar, donde el narcotráfico campa a sus anchas. El presidente del Gobierno jamás ha mostrado el más mínimo interés por estos asuntos que nos mantienen en el furgón de cola de España. Quizá porque no le hacía falta negociar por siete votos. Los tres de sus abnegados súbditos del PSOE provincial los tenía asegurados.

Aquel domingo de mayo de 2017 Pedro Sánchez fue el triunfador. Aquel domingo España fue la gran perdedora. Aquel domingo Cádiz fue condenada. Aún más.

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Ver comentarios