OPINIÓN

La comanda: pasta y fruta

El emblema en la cola de los reactores de los que son propietarios los del clan, es un ejemplar de nabo de muy señor nuestro

Tratándose de llevar algo a la boca, cualquier cosa es buena. Ante el dilema de un gazpacho andaluz de primero, tortilla española de segundo y crema catalana de postre, los políticos patrios limitan las opciones, sugiriéndonos la pasta o la fruta. Pero no es un ... artículo gastronómico, ni de exaltación de la gran cocina española, donde los territorios que la integran aportan deliciosos bocados. Otros países no se quedan a la zaga y hacen alarde de productos típicos de sus granjas. En Gran Bretaña la amiga del Príncipe Guillermo, también de Catalina (algo menos amiga en los tiempos que corren), Sarah Rose Hanbury preside el selecto «clan del nabo». La prensa británica ha apodado los «Turnip Toffs» al grupo de amigos ricos, treintañeros y británicos que rodean a los príncipes de Gales. En Londres cuando se habla de comer o llevarse algo a la boca, nada mejor que un manojo de nabos cocidos y bien aderezados. Este clan es representativo de la «jet set» inglesa. El emblema en la cola de los reactores de los que son propietarios los del clan, es un ejemplar de nabo de muy señor nuestro. La jet set irlandesa alardea en su cola de un trébol. En España la jet set que también existía, ha quedado ensombrecida por el tenedor del Falcon, jet por excelencia. El uso del referido reactor es la envidia de la clase social española, rica y ostentosa que se ve relegada a un segundo plano por el matrimonio presidencial, amos del cielo a costa de los contribuyentes españoles. «Snchz» ha realizado 612 viajes desde 2018. Un número que supera a las legislaturas de sus predecesores, ya que Rajoy lo utilizó durante su mandato (siete años) 148 veces; ZP (siete años) 242 veces; Aznar (ocho años) 240 veces, y Felipe González (catorce años) 164 veces. Como Begoña (Gómez de «Snchz») no iba a ser menos, no sólo acompaña a «Snchz» en el Falcón, llegó a maniobrar (en el pasado no muy lejano) para que los Boeing 737 y Boeing 787 Dreamliner no dejaran de volar. Reza su publicidad que «la variedad de la flota de aviones de Air Europa garantiza que, podamos llevarte a donde desees con la calidad que mereces, desde modernos aviones de fuselaje estrecho para rutas cortas y medias, hasta potentes aviones de largo alcance para destinos internacionales». Aunque para trayecto corto, el caso del polémico vuelo entre La Coruña y Santiago para dar un mitin. Un trayecto entre aeropuertos que están a cuarenta y cinco minutos en coche, «Snchz» utilizó el avión presidencial para tardar solo doce minutos. Aunque me quedo con los 39 viajes del Falcon a la Republica Dominicana. Curioso verdad, porque allí reside parte del clan Globalia. También sorprende que los amigos de viajes de Begoña Gómez, que no es que sean Willy Fog, sino Javier Hidalgo y Víctor de Aldama, se pasan el día volando voy, volando vengo. Y como no hay cuatro sin tres, a estos hay que unirles a Juan Carlos Cueto. Y como todos los caminos conducen a Roma, una trama conduce a otra (la UCO apunta que la «trama Koldo» se asoció con Hidalgo (Air Europa) para nuevos negocios tras el pelotazo de las mascarillas). Observo que en las turbinas del Falcon (en la zona de cola) aparecen sendas escarapelas aeronáuticas, o cucarda, que se utilizan como distintivo para indicar la nacionalidad en los aviones o aeronaves que, debido a la velocidad que alcanzan, impiden arbolar banderas en su forma tradicional. Yo creo que por el uso desmedido del Falcon y por ser uno de sus múltiples caprichos, lo mismo va desde La Coruña a Santiago, que surca el cielo Atlántico 39 veces para arribar a tierras dominicanas, debiera utilizar un gran capullo cogido por una mano, emblema socialista, al modo del tremendo nabo inglés, bien plantado por los afamados «Farmer» británicos, que no necesitan manos para su sujeción, siempre erguidos buscando el cielo.

Pues bien, el eurodiputado Nicolás González Casares (PSOE) ha recordado la polémica que rodea a Díaz Ayuso, insistiendo en que cuando morían 700 personas al día por coronavirus, contrató a su hermano para suministrar mascarillas y ha aprovechado para recordar el «último escándalo» (textual y lo dice todo un socialista) que afecta a su pareja: «todos en su entorno se forraban con la pandemia. No sé si le gusta la fruta, pero le gusta la pasta bastante», afirmó y se quedó tan fresco como una lechuga. Será por comer

El RD-ley del Gobierno de «Snchz» que centralizaba la compra del material sanitario, para hacer frente a la crisis del coronavirus generalizó la corrupción. Monopolizar la compra (alejarse de los mecanismos de mercado y de la competencia) augura corrupción. Los políticos gubernamentales decidían sin controles la compra y con las Cortes ilegalmente cerradas (así lo dijo el TC), hacían realidad lo que cualquiera hubiera pensado entonces, personificado en la estampa de Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como. Es decir, se crea por así disponerlo un RD-Ley, un monopolio que compra material sanitario (incluido las célebres mascarillas). A continuación, había que poner en contacto al monopolio con potenciales compradores que, serían los que en última instancia o no (servicios de salud públicos autonómicos o clínicas privadas de toda índole o empresas para la provisión para sus trabajadores del material necesario), pondrían a su vez a disposición el material en manos de los ciudadanos demandantes del producto. FCS Select Products S.L. se dedica a la «importación, exportación y distribución de toda clase de productos». No constaba especialización en el mercado de material sanitario de protección como mascarillas, guantes y gafas de las utilizadas durante la pandemia para prevenir contagios. Sin embargo, el Ministerio de Sanidad aceleró la contratación privilegiada con esta empresa radicada en la provincia de Barcelona, la ciudad de Illa en esos momentos ministro de sanidad (previsible candidato a la Generalidad por el PSC (PSOE).

Los que ponían en contacto al monopolio con los demandantes intermedios o finales, son los llamados comisionistas. Los que actúa como tales, son personas que se dedican al ejercicio legítimo del comercio y que, bien operan bajo la forma de personas jurídicas o como autónomos que ejercen el comercio. Este último es el caso del «hermano de Ayuso», que se dedicaba al ejercicio del comercio sanitario y lo ejerció correctamente (se deduce de las resoluciones de las Fiscalías española y europa). Alberto González la pareja de Ayuso: 20 años en la consultoría sanitaria en España y el extranjero y asesor del grupo Quirón. Por lo tanto, le avalan muchos años en ese ámbito de la actividad económica. Contrató con un monopolio, porque no podía hacerlo con otro (eso es lo malo de los monopolios) y en las compraventas producidas con su intermediación, se facturaron sendas comisiones, que es la cantidad (en principio deben presumirse legales) porque es la forma de cobro por los servicios prestados. Hasta este momento es todo correcto, por mucho que les pese a la podredumbre y corrupto aparato de poder del PSOE. El problema subyace porque, en las declaraciones fiscales se han debido imputar gastos deducibles u otros conceptos que pueden que estén mal y haya habido ánimo de engañar. Pues bien, para eso está la Inspección de Hacienda. Se hacen todos los años casi dos millones de revisiones fiscales de todo orden. Además, esas operaciones se hicieron cuando Ayuso estaba «solita» en espera de que cayese del árbol (naranjo) su media naranja. Lo que le pasa a este naranjito es su problema (era su negocio y cuando se hizo, Ayuso ni lo conocía). Sí hizo mal que lo condenen, sin ninguna duda.

¿No será que la pasta, la que no es compuesta de hidratos de carbono, conteniendo además una pequeña cantidad de grasa y minerales, o sea, aquella por la mueren los «sociolistos» y con la que tienen una estrechísima relación desde FILESA hasta hoy, les tienen encandilados cuando ejercen el poder, porque en la vida civil ordinaria, sólo aciertan a verla en los anuncios de las entidades bancarias, incapaces de ganársela como Dios manda? Pues va a ser que así es. En dos minutos en la sesión de control en el Congreso invocó diez veces a Ayuso para que dimitiese. No te extrañe «Snchz» que Isabel reitere sí te gusta la fruta. Es más, el «tutti frutti».

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