Vísteme despacio que tengo prisa

Ahora, el PSOE y el PP han acordado aumentar en una semana el plazo de enmiendas por los grupos parlamentarios, con lo han levantado la ira de los impacientes

Felicidad Rodríguez

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Las iniciativas que aseguren la protección del ser humano en su dignidad e identidad y garanticen a toda persona, sin discriminación alguna, el respeto a su integridad y a sus derechos y libertades fundamentales son imprescindibles. Dicho esto, sorprende la prisa, siempre mala consejera, que tiene la ministra de Igualdad por tramitar las leyes de su Departamento, sobre todo teniendo en cuenta la importancia, humana y social, de los temas que se abordan en ellas. Es lo que está pasando con ese proyecto que tanto debate origina, la conocida como Ley Trans, el proyecto de Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI. El Consejo de Estado se queja del poco tiempo que ha tenido para emitir su informe; muchas organizaciones se han quejado del momento de la exposición pública del proyecto, en pleno verano y sin apenas publicidad, lo que no ha impedido que se hayan enviado miles de alegaciones. Posiblemente, por eso de las prisas, no se cerraron a tiempo las discusiones con los propios departamentos del gobierno, de manera que, hasta algún co-proponente, caso del Ministerio de Justicia, cuestiona algunas partes relevantes del texto que tienen que ver con el consentimiento voluntario, o el propio Ministerio de Hacienda y Función Pública que dice no poder pronunciarse desde el punto de vista presupuestario ante la falta de datos. Por eso de las prisas, el trámite en el Congreso ha sido por la vía de urgencia, reduciendo los plazos del Reglamento todo lo posible y con la competencia legislativa plena en la Comisión de Igualdad, sin que el texto pueda debatirse por el Pleno del Congreso.

Ahora, el PSOE y el PP han acordado aumentar en una semana el plazo de enmiendas por los grupos parlamentarios, con lo han levantado la ira de los impacientes. La ministra Montero cree inaceptable esa ampliación de una semana, mientras que hasta una activista transexual amenaza con darse de baja del PSOE. Y a mí que una semana me parece poquísimo habida cuenta la importancia de lo tratado, y las reservas y alegaciones que previamente presentaron muchas organizaciones e instituciones sobre numerosos puntos del proyecto. Entre estas no son menores las expresadas por el Consejo General del Poder Judicial sobre la posibilidad de generar discriminación de otros colectivos, sobre todo de mujeres, algo en lo que coincide con muchas organizaciones feministas que, además, aducen confusión entre género y sexo, aunque eso debe ser porque el inglés se usa más que el español en las esferas gubernativas, limita la autonomía de los personas adultas en la toma de decisiones, en lo que coinciden con el Ministerio de Justicia y el CGPJ, no protege el interés superior del menor, interfiere en el libertad de expresión y en la educación, genera indefensión… También las críticas vienen, entre otras, por la madres de adolescentes con disforia acelerada, por no hablar del cambio registral de sexo, cada 6 meses, sin ningún condicionante salvo la propia decisión o, en términos sanitarios, la prudencia que hay que tener ante actuaciones que son absolutamente irreversibles. En fin, que bien vendría aplicar ese viejo y sabio dicho español, 'vísteme despacio que tengo prisa'.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación