OPINIÓN

Un paseo por Cádiz

Así que un buen plan para una mañana libre es visitar el museo con su maqueta

Felicidad Rodríguez

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Para quién quiera conocer la historia de nuestra ciudad, y especialmente la de mayor esplendor, es inexcusable la visita al Museo de las Cortes en la calle Santa Inés y detenerse un buen rato ante la maqueta del Cádiz de 1779, para luego dar un paseo por el Cádiz actual y observar los cambios, lo que se mantiene y lo que se ha perdido. En la maqueta destaca, en el extremo hacia poniente, aún no existía el club de tenis, el rectángulo del Hospital Real, con sus dos patios, el anfiteatro anatómico y la ermita de los Santos Ángeles Custodios.

El Hospital, construido en el XVII, al lado de la ermita y el camposanto de la epidemia de peste de 1648, todavía existe, con modificaciones, como dependencia de la UCA entre la plaza Falla y el tenis. También la iglesia. De lo que no queda nada es del anfiteatro anatómico que fue demolido en 1969, junto a las ampliaciones del XIX, para construir el edificio de la actual Facultad de Medicina; realmente queda su portada, ubicada hoy en el patio interior de la Facultad.

En ese rectángulo, en el siglo XVIII, la Armada, consciente de las necesidades sanitarias y de la escasa y deficiente formación existente, crea en 1748 el Real Colegio de Cirugía, una institución que pronto uniría, por primera vez, los estudios de Medicina y Cirugía, revolucionando la formación médico-quirúrgica de la época y cuyo ejemplo fue seguido en muchos otros lugares, caso del Real Colegio de Barcelona, el de San Carlos de Madrid o el Real Colegio de Cirugía de Nueva España. Posteriormente, ya en el siglo XIX, los Reales Colegios fueron suprimidos transformándose en Facultades de Ciencias Médicas. Este año precisamente la Armada, artífice del Colegio, y la Facultad de Medicina y la Real Academia de Medicina y Cirugía, sus herederas, conmemoran el 275 aniversario de su creación; también el del fallecimiento de su máximo impulsor junto a Virgili, el Cirujano Mayor de la Armada, Juan Lacomba, que murió el mismo año en el que se hacía realidad aquello por lo que tanto había luchado.

También en el XVIII se traslada a Cádiz la Casa de la Contratación que, inicialmente, estuvo en la plaza de San Agustín antes de su ubicación definitiva hasta la desaparición de la institución. En la maqueta del Museo se puede ver, rodeado entonces por las murallas, lo que sería el edificio destinado a Aduana, Consulado y Casa de Contratación, hoy Palacio de la Diputación. Se giramos en torno a la maqueta y nos vamos al Pópulo, nos encontramos con el Castillo de la Villa, espacio que ahora ocupa la guardería municipal.

Allí estuvo, antes de su traslado a San Fernando, el primer Observatorio del país creado por el marino y científico que, midiendo el meridiano terrestre, demostró el achatamiento de los polos y la forma real del planeta, Jorge Juan, del que este año también se cumple el 250 aniversario de su fallecimiento y sobre el que el Real Instituto y Observatorio de la Armada ha preparado una magnífica exposición. Así que un buen plan para una mañana libre es visitar el museo con su maqueta, seguir con un paseo por Cádiz, recorriendo esos lugares y, para la noche, leer, por ejemplo, «El espía del Rey» de José Calvo Poyato y descubrir así algo más sobre la vida, más que aventurera, del propio Jorge Juan.

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