OPINIÓN
Picardías en Gibraltar
Otra vez en aguas de nuestra provincia, el desvergonzado gobierno de ese pícaro municipio se pasa por allí las más elementales normas de respeto internacional
Ese pícaro Picardo no hay día que le sise algo a nuestro reductible ministro de Asuntos Exteriores o al discutido y discutible ministro de Interior, pese al buen querer hacer que muestren los agentes de seguridad en tan desdichada frontera y a quienes, encima, les ... echan algún que otro rapapolvo por querer cumplir y no plegarse.
Otra vez en aguas de nuestra provincia, el desvergonzado gobierno de ese pícaro municipio se pasa por allí las más elementales normas de respeto internacional y las más necesarias virtudes naturales por las que tan poco he visto yo rasgarse mucho las vestiduras a los ecologistas, callados como si se encontrasen también bajo el agua, tal que las piedras del relleno. Nueva invasión al mar y hasta probablemente con material extraído de nuestras canteras y facilitado por nosotros, transporte incluido, no sé sin IVA o con IVA.
El alcalde de La Línea bien podría actuar igual y lanzarse mar adentro a rellenar desde sus preciosas playas hasta donde han ido y van estos pícaros con sus rellenos. Sin duda crecería su municipio lo mismo que el vecino, podría hacer más casas o nuevos polígonos para los suyos y hasta apartamentos para turistas, que no creo que el gobierno español se lo impidiera si le faltan bemoles para hacerlo con los llanitos.
Como después del nuevo fracaso de la era Sánchez «sin culpa propia», y aunque no es buen momento para hablar de molinos generadores de energía renovable, si se organizaran bien el gobierno, esa red eléctrica que no es suya pero que está presidida casi siempre por algún exministro y hasta la industria para no chocar entre ellos, podrían arrancar algunos molinos de nuestra campiña tan hermosa, quizás ésos que dificultan el paso de las aves migratorias, y colocarlos en el mar de levante al costado oriental del Peñón frente a los terrenos rellenos de la cala de los catalanes, que ya verían sus turistas lo bien que aprovechamos los vientos para generar electricidad limpia desde ese mar que ellos ensucian y avasallan.
Estando los ministros en lo que están y los presidentes de las compañías del gobierno en lo que están, ganándose lo propio, tampoco pienso que tuviera más problemas el alcalde, quizás algún afortunado residente que podría molestarse por no ver bien el Peñón, pero que muchos más están y estamos aguantando esos molinos generadores de electricidad menos contaminante en zonas menos privilegiadas, precisamente, por la reducción en lo posible del uso de otras fuentes de energía. Eso sí, sabiéndolos gobernar.