OPINIÓN
De oca a oca
La Oca tiene casillas malditas y conflictivas. El laberinto, la posada, la cárcel o el pozo. Y la otra. Y Sánchez, desde hace tiempo, está cayendo en casi todas
Y tiro porque me toca, que es a lo que parece que está jugando el Gobierno. Creo que alguna vez les he hablado del Club de la Facultad cuando estudiaba yo Derecho en Sevilla, un Club de oscuro mobiliario, de buenas y brillantes maderas barnizadas.
En el Club había cartas, dominó, parchís, dados, ajedrez o damas, pero mis colegas y yo buscábamos «la Oca» a la que jugábamos con fruición y en la que, para cada casilla, teníamos un triunfo o un castigo añadido. Algo interminable. Es lo que le está pasando a Sánchez, que está cayendo en todas y se le está volviendo la cosa interminable.
Hemos padecido el mayor apagón del siglo y lo de los trenes no tiene ya un comentario más. Como en los tiempos de Franco, de quien tanto se preocupa de mantener vivo después de tantos años. Y, claro, también le va lo del contubernio.
Franco tenía sus demonios familiares, fueran rojos, azules, comunistas, judíos, masones o todos juntos. Y encima dos clases de monárquicos, juanistas y carlistas. Sánchez tiene a todos por culpables menos a él. La culpa de lo que le pase hasta ahora se la viene echando al PP, pobrecitos míos, pero la cosa se está saliendo de vía. Ayer la tenían ya las nucleares o los operadores privados. Hoy, con lo del WhatsApp del exministro, váyase a saber quién.
La Oca tiene casillas malditas y conflictivas. El laberinto, la posada, la cárcel o el pozo. Y la otra. Y Sánchez, desde hace tiempo, está cayendo en casi todas. Ya no le sale lo de oca a oca ni lo de puente a puente. Ni tan siquiera de dado a dado y tiro porque me ha tocado. Demasiados mesones y laberintos. Y más pozos y calabozos cada vez. Queda la canina, que le devolvería a la salida, y, volver a la salida pasa sí o sí por convocar elecciones de las que se desprenderían sus socios actuales.
Cada vez le queda menos para contentar a sus aliados. Y eso que lo que da no es lo suyo, sino lo nuestro, lo de todos los españoles, sea para ansiosas izquierdas o para ávidas y trinconas derechas separatistas, siempre atentas como buitre a la carroña y que, llegado el caso, tampoco harían muchos ascos por tratar de hacer lo mismo si ganara el centro derecha y fueren necesarias, no se vayan a creer.
Sr. Sánchez, vamos a ver. Llegar limpio e inmaculado a la oca madre, a esa casilla 63 que alberga una oca que quiere ser cisne, no es fácil. Hace tiempo que los dados no le quieren, que no sale la jugada. Todo tiene un límite y el tiempo ya está acabando. Tic, tac, tic, tac, decía su vicepresidente.
Y tirando los dados…. Junts, qué marrón.