OPINIÓN

Y la casa sin barrer...

Ciertamente que servidor de ustedes ni tiene que votar en Cataluña como no ha tenido que votar antes en el País Vasco ni aún antes en Galicia, pero no me negarán que nos hemos tragado todas las campañas de unos y de otros

Cuando de niños nos enseñaban lo del círculo, padres o maestros nos explicaban una y otra vez aquello de la piedra en la alberca. Y digo en la alberca porque en el mar ni pensarlo, y en los ríos tampoco, por lo del agua en ... movimiento. Pero sí, tenían razón, si se tiraba al agua la piedrecita, de inmediato, se formaban círculos en la superficie, primero más fuerte allí por donde cayera y, luego, más débiles y difuminados en su entorno, pero siempre redondeando el punto del encuentro del sólido con el líquido.

Les digo esto por este círculo en el que nos tienen metidos los políticos con tantas llamadas a las urnas que estamos padeciendo y que hace que, bien sean del ejecutivo o del legislativo, lleven ya más de medio año en constante campaña y lo que aún nos queda por superar, dos comicios más, Cataluña y Europa.

Ciertamente que servidor de ustedes ni tiene que votar en Cataluña como no ha tenido que votar antes en el País Vasco ni aún antes en Galicia, pero no me negarán que nos hemos tragado todas las campañas de unos y de otros.

Y, mientras, la casa sin barrer, claro, que ahí tenemos a todos los ministros de mitin en mitin y a los diputados también, sean de la oposición o de las alianzas con el gobierno. De estrado en estrado, de plató en plató, regalando promesas o metiéndose a fondo con sus rivales.

Nos quedan las europeas que dicen que, con el asuntito ese de los cinco días, como que el señor presidente se refugió en Moncloa a guisa de retiro más que espiritual preparándose para afrontarlas, bueno, ésas y las de también mañana en Cataluña, porque como le pasaron por encima gallegos y vascos, ni pensar quiere que le pueda suceder lo mismo en Cataluña, que hasta en su Feria de Abril se presentó y no sé en cuántas otras ocasiones más poniendo en esta campaña su mayor esfuerzo. Y la casa sin barrer.

Que los ministros no trabajen de ministros es algo ya a lo que estamos acostumbrados todos, pero cansa. Y cansa por dos motivos, porque ya es más que aburrido que salgan en todos los informativos con la frasecita del día, generalmente de latigazo al rival, tantas veces en el insulto o en la gracieta sin gracia y repitiendo como niños la lección del día, mientas los trenes se paran o no llegan.

Y los del legislativo pues más de lo mismo, porque el impulso actual de nuestras Cámaras, según nos llega a los pobres votantes mortales, parece hoy estar principalmente en lo de las comisiones parlamentarias que, como les decía hace unos días, han nacido con la resolución final dictada y en las que, encima, ni siquiera se aprecie un atisbo de agudeza en el inquirir que sirva para esclarecer los hechos investigados. Cada jornada se plantan sus señorías, presuntamente, con el pliego de preguntas ya escritas, como presuntamente van los declarantes con sus repuestas preparadas. Yo digo blanco y tú dices negro. Y ya está.

En fin, que ya casi vamos por el primer año de la legislatura, sin presupuestos, por supuesto, y, para algunos, lo más importante aquí sigue siendo la amnistía. Ni los trenes, ni los precios de alimentos y servicios, ni el empleo joven, ni la sanidad, ni la educación… Ni tan siquiera que haya dos gobiernos, qué más da. Todos pendientes de la amnistía y de su calendario para que se beneficien unos y se lo paguemos los demás

Así que, de este hilo, al carrete, a la más singular de las elecciones, la de del CGPJ que son las que tienen que resolver ellos, esas mentes ilustradas que nos representan. Un apunte: se acusa al PP de no respetar la Constitución, pero en similar situación estará el PSOE porque una negociación no avanza cuando ambas partes se mantienen enquistadas. Y estos dos partidos, los dos, ¿eh?, andan metidos en un círculo del que no saben o no quieren salir. Y, la casa, sin barrer…

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