Saber aprovechar lo que es tan nuestro

Como hoy contamos en este periódico, el pasado mes de junio se conocía la candidatura de la capital gaditana para ser sede de un centro colaborador del Decenio de los Océanos de la Unesco y en la que participan conjuntamente la Zona Franca, el Ayuntamiento de Cádiz, la Universidad de Cádiz (UCA), la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (APBC) y el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas). Bajo el nombre de 'OceaniCádiz', se aspira a ser un centro de esta institución, que pretende garantizar que las ciencias de los océanos apoyen a los países en el logro del ODS 14 'Vida Marina', para lo que une a todas las partes interesadas, como es la comunidad científica, los políticos, las empresas y la sociedad civil, a planificar una década dedicada a la ciencia y tecnología oceánicas.

Por tanto, de nuevo una oportunidad y de nuevo un reto. Y para ello se dan la mano las instituciones públicas. Para plantear la economía azul (aquella basada en exprimir los recursos naturales) y sacarle todo el partido. Cádiz no puede dar la espalda a su costa. Al revés, tiene que saber aprovecharla todo lo posible. Porque es una suerte y además es gratis. La riqueza natural de esta provincia es uno de sus mayores regalos. Turistas, inversores, empresarios ven esas grandezas y desde aquí hay que apostar por ello. La unión de las administraciones en sus proyectos o incluso en sus iniciativas por separado es una apuesta que puede lanzar una economía que se ha visto muy perjudicada en otros sectores. Por tanto, conocer de cerca todos los recursos, arrancar proyectos innovadores y sostenibles, trabajar en este campo y ofrecer los resultados a empresas... es una buena manera de potenciar lo que es Cádiz. Saber vender lo que es tan nuestro.