APUNTE

La relación entre la sequía y el paro

En el campo ya advierten de otro problema de enorme magnitud, y es que afectará al empleo, a la mano de obra

El apunte

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Sequía, sequía, sequía. Que el ruido mediático, que la serpiente de cada verano, no silencie el gran problema al que se enfrenta la sociedad. La falta de agua. Genera consecuencias negativas a todos los niveles. El evidente y más temido es el recorte en la distribución, los cortes nocturnos o en momentos puntuales, que afectan tanto al hogar como especialmente a la hostelería.

Luego se advierte la continua escalada de precios, el aumento de los costes debido a las dificultades en la producción. El aceite es el doble de caro que hace dos años, y no es más que una referencia, un exponente al que sumar otros productos y alimentos de primera necesidad.

Pero en el campo ya advierten de otro problema de enorme magnitud. Afectará al empleo, a la mano de obra. Si no llueve no se siembran ciertos cultivos (zanahoria, puerro...) porque no tiene sentido. Y si no se siembra, no se trabaja, lo que supone en merma de ingresos para las familias agricultoras y su depresión de carácter social. Nada más la zanahoria da empleo a más de 1.200 personas en el campo, y gran parte de su futuro (o su presente) depende del cielo. Curioso que milenios después el ser humano se encuentre en la misma tesitura.

Hay que actuar. La Junta está elaborando un Plan Hidrológico que debe acelerar porque la situación no permite dilatar un segundo más la respuesta. Como alternativa, en la Comunidad de Madrid han arrancado un proyecto para recuperar cultivos desaparecidos que enfrenten mejor a la sequía. También, aunque en este caso para evitar la diáspora de los temporeros a Francia u otros lugares de España, en Puerto Serrano promueven el cultivo de productos como el melón para arraigar a las familias al pueblo.

Soluciones que van más allá de quedarse cruzado de brazos y mirando a las nubes, rezando a Santa Rita y quejoso por sumar una nueva temporada árida. Porque ya no es que se corten las duchas de la playa durante el verano, sino que engrosen las listas del paro por la falta de trabajo en el campo. Un riesgo severo para una provincia cuyo problema con el desempleo parece endémico y que no puede taponar un nuevo caño de sus fuentes de subsistencia.

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