APUNTE

El diálogo triunfa en el sector del metal

A pesar de la dificultad de la situación, con un incremento ligado a un IPC desbocado, el pacto confirma que la palabra pesa más que las piedras

El apunte

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La conflictividad laboral siempre es un obstáculo. Para todos. Ni trabajadores, ni empresa, ni firmas auxiliares, ni la sociedad más cercana, nadie, gana con esa situación. Es un rival a evitar. Ya hay otros muy difíciles que eludir. Cuando alcanza proporciones de violencia o disturbios, siquiera minoritarios, daña la imagen de la provincia y perjudica los intereses económicos de toda la población. En la negociación del convenio del metal que diera lugar a los tristes episodios de hace 15 meses, las dos partes (patronal y sindicatos) llevaban algo de razón. Los trabajadores la perdieron sólo cuando permitieron que una minoría mostrase imágenes bochornosas a toda España mientras el alcalde de Cádiz aplaudía y jaleaba. La intransigencia de unos y de otros puso al límite a varias empresas de la Bahía con motivo de las huelgas sectoriales o generales. Esa situación ya quedó superada pero la deriva inflacionista de los últimos meses ha podido reproducir el desencuentro en las últimas semanas.

Finalmente, la alarma ha quedado desactivada gracias a la comprensión y la generosidad de las partes. Como siempre sucede en los pactos laborales. Los contratos que estaban firmados y que tanto trabajo había costado conseguir –en uno de los mejores momentos del sector naval en la provincia, por ejemplo– estaban en el aire.

Así, patronal y sindicatos han cerrado el marco salarial para 2023 después de un mes de razonable desencuentro. La actualización ligada al índice de precios al consumo era el caballo de batalla. Hasta el punto de amenazar la liquidez de algunas firmas. Finalmente ha sido posible actualizar el convenio firmado en noviembre de 2021.

Aquel pacto, de origen polémico, que abarca hasta final de este año recogía, además del incremento del 2% anual, un añadido del 80% del IPC. El conflicto ha estado ahí. Con el inesperado subidón de precios, eso supone un 5,7% a sumar. Pese a la dificultad, el caso demuestra que con el diálogo se llega más lejos que con las barricadas, que la palabra pesa más que las piedras y los tornillos.

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