El derecho a la reinserción

Sin embargo, parece que esta premisa, que esta oportunidad, no se cumple de manera igualitaria para hombres y mujeres. Ellos, los presos, son clasificados en diferentes módulos según su perfil penitenciario, los delitos que hayan cometido, su conducta... etc. Ellas sólo van a un mismo módulo. Así lo han denunciado los que están más cerca de estas reclusas, los funcionarios de prisiones que tratan a diario con estas mujeres que ya están cumpliendo su pena. Según advierten este módulo es «un infierno», «algo aberrante», ya que en él presas que es la primera vez que pisan una cárcel se ven obligadas a compartir espacio con otras que acumulan reincidencias, que son conflictivas o que tienen diferentes patologías o conductas 'complicadas'. Como insisten desde el colectivo, la eliminación de otro módulo que había de respeto les ha robado la oportunidad de poder separar a las reclusas por perfiles, en adecuación a una nueva oportunidad.

Porque aunque estas personas hayan cometido un delito, ya están pagando por ello como dicta la justicia. Y tienen derecho a la reinserción en igualdad de condiciones. Sea un hombre o una mujer. Además, la que quiere trabajar tiene que ir a un módulo mixto y compartir espacio con internos, lo que les echa para atrás a la hora de dar ese paso.

Por otro lado, esta falta de una mayor adecuación para las internas en las prisiones compartidas también puede provocar que la conflictividad entre la población que la habita sea también mayor. En este sentido hay que recordar también que Puerto III es de los centros penitenciarios de España que acumula más agresiones a funcionarios. Por tanto, sería necesario que desde Instituciones Penitenciarias se escuche más a sus trabajadores y que se tomen las medidas necesarias para que tanto ellos como los internos estén en las mejores de las condiciones en un espacio que ya de per se es muy complicado y oscuro.