APUNTE

Un acto necesario

La convocatoria que abandera el PP para el domingo en Cádiz será un grito de cordura contra un pacto irracional

El apunte

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El PP se ha embarcado en una movilización general en España que tendrá su máximo exponente el próximo domingo. Tras las manifestaciones celebradas en octubre en Madrid y Málaga, los populares vuelven a la calle en 52 capitales de provincia. Será a las 12 horas del mediodía. Todos a la vez. Todos juntos. El partido no quiere ser protagonista de un acto que deben liderar los españoles por encima de cualquier ideología.

Esta es una máxima que se ha extendido por todos los rincones y que trata de agrupar a miles de descontentos con las negociaciones que lleva a cabo el PSOE con los independentistas catalanes para investir presidente a Pedro Sánchez. Es, por tanto, un acto de cordura contra un pacto irracional que intenta fracturar el Estado de Derecho y romper con la igualad. La gota que ha colmado el vaso de la paciencia en este proceso de negociación ha sido, al margen de la humillación orquestada por el prófugo Puigdemont, la condonación de la deuda pública, más de 15.000 millones de euros, a Cataluña. Esta condición exigida por los independentistas ha situado el debate en un punto de extrema gravedad, ya que el resto de comunidades autónomas se encuentra ahora en una incómoda situación de desigualdad.

El presidente provincial del PP, Bruno García, ha reflexionado este miércoles en Cádiz sobre los argumentos que llevan a tomar pacíficamente la calle para mostrar el rechazo a una amnistía que debilita a los jueces y pone en entredicho nuestro sistema constitucional. No parece lógico que el PSOE se opusiera antes de las elecciones generales del pasado julio al argumentario de los independentistas catalanes en su reivindicación por una amnistía y un referéndum, sin embargo, ha sido perder las elecciones y cambiar el discurso en favor de unas condiciones inaceptables en un Estado de Derecho.

El PP no quiere violencia en las calles y ha rechazado los actos violentos ante la sede del PSOE en Madrid. Esto es una clara llamada a la calma a las bases del centroderecha. Lo que quiere Génova es que en las más de 50 concentraciones que el PP va a celebrar en las plazas de las capitales de provincia el domingo, los manifestantes no den motivo alguno para que el foco se desplace desde la amnistía hacia la escalada dialéctica de quienes responden a ella. Ni a la «crispación»

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