El tren, un viaje de cine

Recuerdo los largos viajes a Cádiz en aquel expreso que salía de Atocha en la noche y después de unas doce horas, si no había retraso, llegaba a destino

Eduardo Moyano

Cádiz

El tren guarda un encanto muy cinematográfico, pero no los de alta velocidad que tienen más difícil reflejar el tono romántico , de suspense o incluso de terror de algunas películas que son ya clásicos del cine.

Recuerdo los largos viajes a Cádiz en aquel expreso que salía de Atocha en la noche y después de unas doce horas , si no había retraso, llegaba a destino. Prefería viajar en un compartimento sentado más que en litera, cuyo espacio resultaba bastante agobiante. En aquellos viajes te encontrabas con otros estudiantes, curas, monjas, policías o militares que estiraban las piernas desde su asiento al de enfrente si tenían la suerte de que el compartimento no fuera completo. Abrías la ventanilla y fumabas. Tenías conversación, ofrecías comida o revistas y más de uno/a encontró su pareja en aquellos interminables viajes que se detenían en infinidad de estaciones donde vendían bocadillos, refrescos o productos del lugar. Era como 'El expreso de Shangai', una de aquellas películas que tomaban el tren como referencia con una resplandeciente Marlene Dietrich en plena guerra civil en China y viviendo turbulentas historias de amor.

Pero, sin duda el gran amante de los trenes fue Alfred Hitchcock que construyó varias de sus historias de suspense en los viejos trenes que surcaban Inglaterra o Estados Unidos. 'Alarma en el expreso', 'Sospecha', 'Extraños en un tren', 'La sombra de una duda' o 'Con la muerte en los talones', con aquella historia de seducción en un coche cama entre Cary Grant y Eva Marie Saint, cuyo dialogo fue pertinentemente modificado por nuestra censura.

Tampoco Agatha Christie hizo de menos el tren para sus tramas como 'Asesinato en el Orient Express', en sus distintas versiones o Gene Hackman tuvo más de una complicación en el transcanadiense en 'Testigo accidental'.

Pero el tren, como digo, también ha sido testigo de historias de amor y desamor, 'Breve Encuentro', 'Estación Termini', 'Antes del amanecer' e incluso 'Casablanca' con Humphrey Bogart aguardando desesperado a Ingrid Bergman en la estación de París para huir de la llegada de los nazis a la capital francesa.

Si miramos trenes recientes tenemos un filme surcoreano de terror muy valorado por los amantes de este género 'Tren a Busan' o una odisea real de dos pasajeros norteamericanos enfrentándose a un terrorista en '15:17 Tren a París' que firmó Clint Eastwood.

Cuento todo esto porque llega a las salas 'Bullet train' con Brad Pitt interpretando a un asesino que no suele tener demasiada suerte. Después de una serie de fracasos intenta resarcirse con el robo de un maletín, con un valioso contenido, en el llamado tren bala que lo conduce de Tokio a Kioto. Pero en el trayecto no esperaba que en el mismo ferrocarril viajaran cinco sicarios más con el mismo objetivo.

Acción asegurada y entretenimiento en un momento también de mirar con cierta nostalgia y esbozando una sonrisa a aquellos trenes que conducía Buster Keaton en 'El maquinista de la general' o aquel en que sonaba el ukelele en 'Con faldas y a lo loco', con una esplendorosa Marilyn Monroe ahora que recordamos el sesenta aniversario de su fallecimiento.

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