opinión

Oir y sentir el horror

Solo sabemos que algo está ocurriendo por los sonidos que llegan a la mansión en que vive el comandante del campo de Auschwitz, rodeado por su familia

Son innumerables las películas realizadas sobre la II Guerra Mundial y dentro de ellas la persecución y exterminio de los judíos ocupa un lugar aparte. ...

El intento de exterminar al pueblo judío fue un genocidio que se concretó en campos de concentración, en distintos puntos de Europa como Auschwitz, Mauthausen, Dachau o Treblinka que son tan solo un referente entre los más de mil campos que llegaron a construir los nazis y que supusieron la aniquilación de más de un millón de personas.

Comento todo esto porque esta semana ha llegado a las salas una película turbadora, pero, que, a diferencia de las citadas, no muestra imágenes de los presos hacinados en los vagones de mercancías, ni en las duchas, ni en las cámaras de gas, ni en los hornos crematorios… Solo sabemos que algo está ocurriendo por los sonidos que llegan a la mansión en que vive el comandante del campo de Auschwitz, rodeado por su familia.

«La zona de interés», del británico Jonathan Glazer ( «Under the sky») está rodada en Auschwitz e incluye la reconstrucción de la casa del comandante del campo, Rudolph Höss . Es una adaptación de la novela de Martin Amis que, estremece por la capacidad del ser humano para ignorar el dolor y el horror ajenos. Duele ver esa mansión y una familia feliz en el lugar más terrorífico del mundo. Desayunan, se arreglan, besan a los niños , riegan las plantas o cenan con sus amigos cuando a pocos metros está el horror con el asesinato masivo y sistemático de miles de personas en el despliegue de lo que los nazis denominaron «solución final».

«La zona de interés»· ahonda en el concepto de la banalización del mal y, al mismo tiempo en el eterno debate de como representar el holocausto, bien mostrando el sufrimiento de los seres humanos o tratar de ser menos explícitos, para derscribirnos el horror de otra manera como «El hijo de Saúl», de Lazlo Nemes, en que la cámara sigue a un sonderkommando, un prisionero al que los nazis asignaban tareas en las cámaras de gas y los crematorios, difuminando lo que ocurría alrededor. En «La zona de interés», también está fuera de campo lo que ocurre en Auschwitz. No se adentra en el infierno, aunque sepamos que está ahí, al otro lado del muro de la casa de la familia Höss.

Es una película hipnótica que, no dejará a nadie indiferente y que reafirma a un realizador como Jonathan Glazer, uno de esos directores de culto, con una escasa filmografía, pero con películas que no se olvidan como sería el equivalente en España al cine de Víctor Erice. No hacen falta hacer mucho cine para concebir una pequeña obra maestra.

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