Aquellas cárceles del franquismo modelo

No ha competido, pero si le ha correspondido el honor de ser la película inaugural a 'Modelo 77', el último filme del sevillano Alberto Rodríguez que hoy por hoy es uno de nuestros directores más reconocidos tras una trayectoria brillante que incluye títulos como 'La isla mínima' o 'El hombre de las mil caras'.

Ahora con 'Modelo 77', se introduce en la cárcel de Barcelona durante la transición política . Un drama carcelario que nos traslada a aquella época que, ya vemos tan lejana, en que las cárceles eran auténticos infiernos para los internos sometidos a todo tipo de vejaciones. Presos hacinados , condiciones higiénicas y alimentarias infames, falta de higiene y represión continua por parte de los funcionarios . Los presos preventivos que podrían pasarse años en prisión sin acudir a juicio y con abogados de oficio que apenas escuchaban sus reivindicaciones.

Alberto Rodríguez ha tardado quince años en llevar adelante este proyecto para el que ha llevado a cabo una exhaustiva labor de documentación. Tanto que la película respira realismo gracias al trabajo de hemeroteca revisando las noticias de la época sobre las revueltas que hubo en las cárceles o entrevistando a reclusos que estuvieron involucrados en aquellos sucesos que se produjeron durante la transición democrática con peticiones de amnistía, no solo de los presos políticos si no de los comunes que se integraron en la Coordinadora de presos en Lucha, COPEL, que llevó a cabo diversas acciones por cárceles españolas intentando que se les tuviera en cuenta en la nueva España que se avecinaba.

'Modelo 77' , tiene en la cárcel de Barcelona, como podían haber sido las de El Puerto o Carabanchel, una protagonista más . No obstante, la mayor parte del rodaje se llevó a cabo en la cárcel francesa de La Santé que tiene la misma estructura que la Modelo con un sistema diseñado para poder espiar a los presos desde cualquier lugar.

La película pone el acento en un joven contable (Miguel Herrán) que se enfrenta a una pena desproporcionada por un pequeño desfalco. En la misma celda coincide con un preso veterano y escéptico (Javier Gutiérrez) con quién acabará congeniando. Torturas, abusos de los funcionarios, brutalidad policial, motines, asesinatos , soledad o desesperanza en un filme que nació de la fuga de cuarenta y cinco presos que escaparon de la Modelo en 1978 ,cansados de que no se atendiera ninguna de sus reivindicaciones. En aquel año hubo cerca de un centenar de fugas de las diversas cárceles españolas con muchos presos comunes en situación preventiva por delitos menores y otros acusados de homosexualidad, incluidos en aquella ley que se aplicaba a vagos y maleantes. Es obvio, que sus casos no eran equiparables a los de otros internos con asesinatos, violaciones o atracos a mano armada por lo que dio la impresión que las autoridades hicieron la vista gorda en muchas de aquellas fugas.