OPINIÓN

Primeras impresiones

La normalización y la igualdad se van consiguiendo y las nuevas generaciones serán testigos de esta integración total

Antonio Fernández Repeto

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Para los gaditanos y aficionados al carnaval, la llegada del concurso del Falla (me resisto a denominarlo COAC) es siempre motivo de satisfacción. Durante dos años hemos padecido grandes restricciones sociales debido a la pandemia y, querámoslo o no, ha influido también en nuestras agrupaciones, en sus repertorios y en el desarrollo del concurso. Desde que ha comenzado la fase clasificatoria, y ya estamos inmersos en los cuartos de final, han pasado por las tablas de nuestro Gran Teatro Falla más de cien grupos de las cuatro modalidades. Todas sin excepción vuelven, algunas ya lo hicieron en Mayo pasado, a manifestar su alegría al haber superado esa etapa tan inesperada y difícil. Sin dejar de hacer crítica a los graves problemas que siguen acuciando a nuestra sociedad actual como el paro, el machismo, la violencia de género o la situación política y económica, la mayoría de los autores han dedicado sus letras a valorar la vida y sobre todo a transmitirnos un gran mensaje de positividad. Haber sufrido en nuestras propias carnes los efectos de estas crueles restricciones, que necesariamente hemos tenido que padecer, han hecho mella en todos y necesitamos valorar lo que poco a poco estamos recuperando, una vida normal.

Ver el teatro lleno cada noche con el público a cara descubierta y saboreando plenamente los repertorios de las agrupaciones nos hace valorar mucho más lo que representa la salud y la vida. También nos sirve para pensar lo frágiles que somos ante el ataque de un microorganismo invisible como ha sido el virus ese que nos ha asolado.

En otro orden de cosas en este concurso que estamos disfrutando me está sorprendiendo gratamente cómo es cada vez mayor la presencia femenina. Nosotros que hemos sido testigos no hace muchos años de como existían sectores de nuestra sociedad que criticaban la presencia de mujeres en las agrupaciones, vemos como afortunadamente hoy ya esto no es así. Ahora, un poco tarde quizás, se está valorando la labor que emprendieron en su momento Adela del Moral con sus compañeras del coro mixto. Ellas dieron pié a que poco a poco fueran proliferando grupos femeninos hasta llegar al día de hoy en los que muchos compiten en igualdad de condiciones con los masculinos, como debe ser.

Espero y deseo que como está ocurriendo actualmente ya con los grupos de la cantera, en un futuro no muy lejano no tengamos que distinguir a las agrupaciones por el género de sus componentes. Viendo la competición de infantiles y juveniles de estos años, a los que también sigo con interés, ya aparecen grupos integrados indiferentemente por chicos y chicas que compiten sin distinción de género. También afortunadamente están apareciendo mujeres que lideran con sus letras la autoría del repertorio de sus agrupaciones demostrando una sensibilidad especial en sus composiciones. La normalización y la igualdad se van consiguiendo y las nuevas generaciones serán testigos de esta integración total como ya ocurre desde hace años en el carnaval de la calle. Ojalá sea pronto y podamos disfrutarlo.

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