EDITORIAL ABC

El PNV tira de muleta socialista

Para el PNV, como es habitual, todo es ganancia, porque pone sordina a los socialistas y sabe que, según sus necesidades, contará con el apoyo de Bildu o con el del PP

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EL Partido Socialista de Euskadi (PSE) va a dar a Íñigo Urkullu en el Parlamento de Vitoria lo que el PSOE niega a Mariano Rajoy en el Congreso de los Diputados: una mayoría parlamentaria estable y un gobierno de coalición. Lo paradójico del caso es que fue el PP en 2009, y no el PNV, el que permitió a un candidato socialista –Patxi López, en concreto– acceder por vez primera a la presidencia del Gobierno vasco. Los socialistas vascos van a pactar con una de esas "derechas" a las que era remitido Rajoy por Pedro Sánchez para buscarse la investidura. Ayer anunciaron que entraban en el futuro Ejecutivo de Urkullu y que sumarán sus 9 escaños a los 28 del PNV, con lo que el candidato nacionalista no llegará a la mayoría absoluta en primera votación y será investido en segunda.

El sistema vasco garantiza siempre que haya investidura porque los grupos parlamentarios solo pueden votar a favor de un candidato, propio o ajeno, pero no en contra. Con Urkullu competirá la candidata de EH Bildu, Maddalen Iriarte, que contará con los 18 escaños de la formación proetarra y posiblemente con los 11 de Podemos. La abstención de los 9 parlamentarios del PP es la tercera opción de la próxima investidura en la Asamblea vasca.

No es la primera vez que el PNV recurre a los socialistas vascos para afianzarse en el poder. Empezaron en 1986, cuando el PSE ganó en escaños al PNV, pero no en votos, y aun así cedió la presidencia a Juan Antonio Ardanza. No puede decirse, a la luz de la historia, que estos pactos sirvieran para moderar al PNV o para mitigar su hegemonía monolítica, que transfundió nacionalismo a todos los sectores de la vida vasca, especialmente la educación y los medios públicos de comunicación. Y en pleno gobierno de coalición con los socialistas, el PNV, con Ibarretxe en Ajuria Enea, pactó con ETA el Acuerdo de Estella. No tardará el PSE en vender el argumento de que con este pacto evita que el PNV se eche en brazos de Bildu. Esta versión es de segunda mano y pronto se verán acuerdos tripartitos entre PNV, PSE y Bildu.

Para el PNV, como es habitual, todo es ganancia, porque pone sordina a los socialistas y sabe que según sus necesidades contará con el apoyo de Bildu o con el del PP. También es una posición cómoda para pactar con Rajoy en Madrid, porque el acuerdo con los socialistas vascos le concede esa transversalidad tan rentable para el PNV. Lo inquietante del nuevo escenario vasco es que los socialistas, tan de izquierdas e internacionalistas, sean capaces de apoyar a un partido nacionalista, por moderadas que sean sus apariencias, antes que a un partido constitucionalista como el PP.

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