Editorial ABC

Los sindicatos, contra la recuperación

La oleada de huelgas anunciada para septiembre y la exigencia de derogar la reforma laboral ponen en peligro la clara mejora de la economía española, a la cabeza del crecimiento en Europa

ABC

Los sindicatos amenazan ahora con desatar un «otoño caliente» de movilizaciones y huelgas en caso de que las empresas y el propio Gobierno no atiendan sus reivindicaciones, pero más allá del elevado coste que pudieran causar estas protestas, lo grave es que sus exigencias, tales como subir los salarios por encima del IPC o derogar la reforma laboral y de las pensiones, ponen en riesgo la sólida recuperación que experimenta hoy la economía . Ahora que la Guardia Civil ha puesto orden en el aeropuerto de El Prat, tras más de veinte días de largas colas por culpa de la huelga de los vigilantes de seguridad, los sindicatos de Aena, con CC.OO., UGT y USO a la cabeza, convocaron ayer otras veinticinco jornadas de paro a partir del 15 de septiembre, cuyo impacto se hará notar en todos los aeropuertos. Además, en respuesta a la eficaz solución aplicadada por el Gobierno, los colectivos de seguridad estudian movilizaciones similares en los aeródromos de La Coruña, Santiago, Valencia y Alicante, entre otros, con el consiguiente perjuicio que ello puede ocasionar a miles de viajeros.

Pero a este nuevo conflicto en los aeropuertos, junto al que ya existía en los servicios de a bordo del AVE o por parte de los examinadores de tráfico, se suma, por otro lado, la oleada de protestas callejeras que pretenden organizar los sindicatos a la vuelta del verano para reclamar aumentos salariales en los convenios colectivos e incluso mayores subidas de las pensiones, a pesar del abultado déficit de las cuentas de la Seguridad Social. Lo primero que denota esta actitud es la escasa voluntad de negociar que tienen los representantes sindicales, ya que tanto en el caso de El Prat como en el de la negociación colectiva han llegado a rechazar mejoras de sueldo de hasta el 18 y el 2,5% anual, respectivamente.

La clave, sin embargo, es que sus demandas no solo están injustificadas, sino que son contraproducentes . La baja o nula inflación de los últimos años ha permitido mantener el poder adquisitivo de trabajadores y pensionistas y, por el momento, todo indica que el IPC se mantendrá bajo control. En todo caso, los sindicatos siguen sin entender que tanto la evolución de los salarios como la sostenibilidad de las pensiones no dependen de arbitrarias decisiones políticas, sino del incremento de la productividad y la buena marcha de la economía . España creció un 0,9% en el segundo trimestre, a la cabeza de Europa y muy por encima de Francia y Alemania, según anunció ayer Eurostat, gracias a las profundas reformas aprobadas la pasada legislatura. Derogar estos cambios y dañar la competitividad del país con reclamaciones que no se ajustan a la situación de cada empresa o a la necesaria estabilidad presupuestaria, como piden los sindicatos, tan solo frenará la recuperación.

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