Prisión permanente necesaria

El jurado emitió ayer, finalmente, un veredicto de culpabilidad contra José Enrique Abuín, «el Chicle», por los delitos de asesinato y agresión sexual a Diana Quer. El primero de tales delitos aparecía con nitidez desde los informes periciales presentados durante la instrucción del caso. Sin embargo, la agresión sexual permaneció hasta el final del juicio oral en un estado de indeterminación como consecuencia de los criterios dispares de los forenses. El jurado ha optado por considerar que sí hubo agresión sexual pero consistente en actos «que no se han podido determinar». Esta indefinición será, sin duda, un argumento de la defensa para recurrir la sentencia que ahora tiene que dictar el magistrado presidente del jurado, a quien el Ministerio Fiscal y la acusación particular han solicitado que imponga a Abuín la pena de prisión permanente revisable. A la vista de los hechos que el jurado ha considerado probados, el Chicle merece ser condenado a esta pena, que es idónea para delincuentes sexuales dispuestos incluso al asesinato de su víctima para encubrir su atrocidad.

Aunque este veredicto discurra por el mismo camino que el del sentimiento social sobre el Chicle, no por ello deja de ser necesario un debate sobre el tribunal del jurado y la pena de prisión permanente revisable. Por un lado, el jurado es un tribunal superado por un tiempo en el que el ciudadano quiere recibir del Estado respuestas profesionales y cualificadas, también de la Justicia. No tiene sentido que en pleno siglo XXI, nueve ciudadanos legos en Derecho tengan que asumir la carga de juzgar casos en los que se les exige mucho más que declarar culpable o inocente al acusado. Para esto están los jueces profesionales, que han elegido esa profesión tras una carrera universitaria y una dura oposición.

En cuanto a la pena de prisión permanente revisable, sanción cuya necesidad se hace evidente día tras días, es urgente que el Tribunal Constitucional resuelva cuanto antes el recurso de inconstitucionalidad presentado por el PSOE, partido que tiene tendencia a confundirse cuando se trata de reforzar a la sociedad y al Estado de Derecho.