La memoria selectiva de la izquierda

Lo que la izquierda bautizó como «recuperación de la memoria histórica» con una ley expresa aprobada para ello por José Luis Rodríguez Zapatero en el año 2007 es solo una ley de recuperación de una memoria sectaria y selectiva. La izquierda divide a los muertos de la República y la Guerra Civil entre buenos y malos, entre merecedores de homenajes y condenados al olvido, en función de criterios ideológicos excluyentes y generadores de animadversión y odio.

Nada queda en la izquierda del espíritu de una Transición modélica y reparadora que se pretende ahora demoler a costa de un revisionismo falsario. Los homenajes a las llamadas Trece rosas son tan legítimos como los que merecen otras siete mil personas, religiosos y católicos, asesinados vilmente por el bando republicano en España. Si hay una ley para que nadie merezca el desprecio del olvido, no puede ser una ley en un solo sentido ideológico a mayor gloria de la pretendida y falsa superioridad moral de la izquierda. Y el PSOE debería saberlo en lugar de jugar al oportunismo con la memoria de los muertos.

De nuevo, la inefable doble vara de medir de la izquierda, incapaz de reconocer que en aquella fase de nuestra historia se produjeron abusos, excesos y brutalidad contra la vida humana también desde el bando republicano. El buenismo historicista basado en la manipulación, el odio al discrepante y la mentira no deberían tener cabida en una sociedad plenamente adaptada a la democracia del siglo XXI. España no se puede permitir vivir de continuo resucitando el pasado para pervertir la historia a conveniencia de parte.