Más pruebas de que aquel CDR era terrorista

Los miembros del CDR detenidos en vísperas de la sentencia del «procés» tenían ya redactado un borrador para reivindicar los atentados que preparaban y que contenía elementos comunes a otros similares que difundían ETA y Terra Lliure tras sus acciones criminales. El documento forma parte de las pruebas aportadas por la Guardia Civil al juzgado de la Audiencia Nacional que ha enviado a prisión preventiva a estos individuos y confirma, de esta manera, que hablamos de un grupo que cumplía a rajatabla los procedimientos que se asocian al terrorismo: selección e investigación de objetivos (un cuartel de la Benemérita, entre otros), manejo de material explosivo para la comisión de atentados y discurso doctrinal para reconocerse autores de los mismos una vez ejecutados. Todo lo que hace un terrorista. Este grupo criminal es el que Quim Torra y otros dirigentes del movimiento separatista han defendido desde el momento de su captura, calificada como una «prueba de la represión del Estado» a un «movimiento pacífico». Extraño pacifismo el de quienes andaban trajinando con explosivos antes de la sentencia y el de quienes -después de ella y alistados en guerrilla urbana- sembraron el terror en las calles de Barcelona y otras localidades catalanas en protesta por la sentencia. La coacción se está demostrando como un elemento sustantivo del «procés», cuyos partidarios han decidido apropiarse de las calles, por las buenas o por las malas, y erigirse en dueños de Cataluña. Lo hemos comprobado esta misma semana en las universidades. Es normal, por tanto, que un movimiento violento reciba los apoyos de un terrorista multirreincidente como Otegui, que en estos quehaceres se haya como pez en el agua.