El lapsus de Cantó

El candidato a presidir la Comunidad Valenciana se fue a actuar al teatro sin pedir permiso al Congreso

Ana I. Sánchez

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El candidato de Cs a la Comunidad Valenciana, Toni Cantó, tiene problemas de memoria. A pesar de ser tan pulcro como para presidir la Comisión para la Calidad Democrática en el Congreso, se le vienen olvidando algunas obligaciones que tienen los diputados en aras de la transparencia. No recordó ¡ay! que debe pedir autorización a la Cámara antes de iniciar cualquier otra actividad. Y en enero se subió a un escenario para actuar en una obra de teatro que promocionó reflexionando, entre otras cosas, sobre su papel en el Congreso. Ojo. Que nadie piense que utilizó su condición de diputado como reclamo. ¿Acaso su subconsciente podría olvidar que la política da más titulares que el trasfondo de una obra teatral? Entregado al papel de líder transparente denunció que en el Cámara a menudo «se oculta la verdad». Y tanto.

ABC preguntó cómo actuaba sin pedir autorización y entonces cayó en el despiste. Solicitó permiso corriendo pero ¡ay! volvió a sufrir un lapsus. Esta vez olvidó que no es suficiente requerir la conformidad del Congreso sino que el Pleno tiene que concederla. Así que el pobre Cantó siguió trabajando en el teatro hasta el último día, sin caer en la cuenta de que seguía dándole la espalda al Reglamento. Una lástima. Antes de que algún retorcido piense que faltó a los plenos por actuar en el teatro, hay que hacer constar que enero es inhábil en el Congreso y por eso Cantó aceptó la obra con tranquilidad. Fue una pena que la memoria le jugara otra mala pasada y olvidara que el cierre del Congreso está previsto para que los diputados vuelvan a sus provincias y conozcan las necesidades de los ciudadanos. Así pueden plantear iniciativas que solucionen sus problemas en el siguiente periodo de sesiones. Qué gran revés fue que su despiste le llevara a quedarse actuando en Madrid cuando debía estar buscando cómo mejorar los apuros de la capital del Turia. Afortunadamente, su candidatura a presidir la Comunidad Valenciana demuestra su compromiso real con la gente de aquella preciosa tierra. Hay demasiado suspicaz que podría creer que a Cantó solo le importan los cargos. Sobre todo al arrastrar un pasado con cambio de partido político -UPyD-.

La cuestión es que el dirigente de Cs nunca recibió el permiso del Congreso. Las Cortes se disolvieron antes de que el pleno se pronunciara y su obra teatral quedó sin autorización. Tranquilos, que nadie se angustie: Cantó no sufrió sanción alguna. Antes había olvidado comunicar la compra de un inmueble y un garaje en Oropesa. E incluso tuvo un lapsus al identificar como «piso» una finca de 4.000 metros cuadrados con casa-cueva en Canarias. Estaba registrada dentro de una sociedad patrimonial. De ésas que sirven para pagar menos impuestos. El Congreso no prevé sanciones para los diputados que falsean sus declaraciones de bienes o actividades. Quizá por eso el presidente de una comisión tan significativa como la que vela por la calidad democrática tiene lapsus de memoria. Y eso no debería ser aceptable.

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