Las fricciones comerciales entre China y Estados Unidos

«Las fricciones comerciales han sido provocadas por EE.UU. y la responsabilidad no es de China. Se trata de una "defensa justa"»

Por Lyu Fan, embajador de China en España

El 4 de octubre, el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, en una intervención hecha en el Instituto Hudson, expuso ciertas opiniones equivocadas respecto a la historia, el estado actual y el futuro de las relaciones entre China y Estados Unidos. Con estas opiniones no puedo estar de acuerdo. Como embajador de China en España, quiero compartir con el lector los siguientes puntos de vista míos.

En primer lugar, la cooperación económica y comercial entre China y Estados Unidos se basa en el beneficio mutuo y el todos ganan. El desarrollo de las relaciones económicas y comerciales entre los dos países ha sido resultado de los esfuerzos de los gobiernos y empresas de ambas partes; no se atribuye en absoluto a favores unilaterales de uno u otro, tampoco significa una constante demanda de una parte a la otra, y menos aún la ayuda estadounidense a China para su «reconstrucción».

El crecimiento de China se debe a su firme tesón para profundizar integralmente la reforma y ampliar la apertura al exterior, así como a la tenacidad del conjunto del pueblo chino en estas tareas; es resultado de la cooperación de beneficio mutuo de todos los países del mundo. De hecho, durante largo tiempo, EE.UU. ha adquirido considerables y enormes beneficios económicos de la cooperación económica y comercial entre los dos países, incluso intereses comerciales netos mucho mayores que los obtenidos por China. Creo que si no hubiera sido por el beneficio mutuo y el todos ganan, esta cooperación no habría podido perdurar más de veinte años.

En segundo lugar, China no es responsable por los problemas surgidos en las relaciones entre ambos países. No eludimos las dificultades que tenemos enfrente, pero tampoco negamos la existencia de discrepancias que mantenemos en muchos problemas. Sin embargo, lo que quiero destacar es que las fricciones comerciales han sido provocadas por EE.UU., y la responsabilidad no es de China, la que se ha visto a actuar cuando EE.UU. viene aumentando una y otra vez impuestos arancelarios sobre los productos chinos. Se trata de una «defensa justa».

Sabemos que el déficit comercial de EE.UU. que aparece en su comercio con China es producto del efecto de muchos factores objetivos, y ha sido determinado por las ventajas comparativas y la división internacional del trabajo. He expresado en varias ocasiones que China no quiere una guerra comercial, porque nadie saldrá vencedor de ella, que es difícil de sostenerse. Hace poco el Fondo Monetario Internacional ha pronosticado los efectos negativos de las fricciones comerciales en la economía mundial.

Por último, China aún mantiene esperanza en el futuro de sus relaciones con EE.UU. Nuestra política para con EE.UU. es coherente y definida. Lo que procuramos es dedicar esfuerzos, junto con EE.UU., a desarrollar unas relaciones basadas en la no confrontación, el respeto mutuo, la cooperación y el todos ganan. Queremos mantener, en función de la premisa de igualdad y beneficio mutuo, los diálogos políticos, el comercio y el intercambio militar. En definitiva, quien enreda la madeja tiene que desenredarla, y ahora la llave está en manos de EE.UU., al cual deseamos que enderece la posición, respete los hechos y renuncie a la mentalidad de conflicto y confrontación, para seguir el camino de cooperación y el todos ganan y volver a la mesa de negociaciones. Sólo de esta forma se corresponderá a los intereses de largo plazo de las relaciones bilaterales y al desarrollo de la época actual.

Como miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, China y EE.UU. deben asumir las responsabilidades que le confía la comunidad internacional. Teniendo en cuenta los numerosos problemas que requieren nuestra solución conjunta, esperamos que ambas partes marchemos hacia la misma dirección.

El mundo actual se encuentra en una situación cambiante nunca vista en el último centenario, y afrontamos problemas y retos sin precedentes, por lo que ningún país puede mantenerse apartado y preocuparse de sí mismo antes que de los demás. Al igual que España y otros países de la Unión Europea, China es firme defensor del sistema multilateral de comercio e importante participante en la gobernanza global.

Seguiremos trabajando con España para impulsar la construcción de una economía mundial libre y abierta, y de unas nuevas relaciones internacionales basadas en el respeto mutuo, la igualdad, la equidad, la cooperación y el todos ganan.

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