La espina de Sánchez

Casado, que inició la jornada en la UCI política, salva su puesto

Luis Ventoso

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Una noche electoral distinta y trepidante. Hubo vuelcos, sorpresas, sonrisas que se congelaron y lágrimas que se tornaron en risas. Ya entrados en la madrugada, un resumen:

-Si un candidato que acaba de ganar las elecciones comparece con aire serio y trascedente y se pone a hablar de la disrupción tecnológica, malo. Tal fue el caso de Sánchez. A priori, la noche no podía ser mejor: un mes después de ganar las generales se imponía también en las europeas y las municipales, y todavía con más votos. Todo un hito en un momento en que en Europa portar la etiqueta de socialdemócrata es sinónimo de esguince de urna (véase el castañazo del SPD alemán). Sin embargo, no emanaba alegría de Sánchez, porque la faena resultó incompleta. Madrid, asignatura pendiente del PSOE, seguirá en manos de la derecha. Pepu ha resultado una canasta lanzada al vacío. Almeida y Ayuso -ni ellos se lo creían- mandarán en el Ayuntamiento y la Comunidad, al acreditado estilo conocido ya en en mundo del billar como Carambola Moreno Bonilla.

-Lázaro Casado. O la resurrección al límite. El líder del PP inició la velada electoral en la UCI política, con severas derrotas en las encuestas. Pero como en aquella película extraordinaria de Woody Allen, “Match Point”, donde un anillo cae del lado bueno y salva al protagonista, la suerte se decantó del lado de Casado con la remontada de Madrid. Si perdía la capital de España y Castilla-León, Feijoo estaría mudándose a Madrid en julio. Pero los salvó (siempre que Cds, partido bisagra de vocación multivariable, no se alíe con el PSOE en Castilla-León). Casado gana tiempo para afianzarse. El PP, que obtuvo un 16,7% de votos en las generales, sube al 20% en las europeas y al 22% en las municipales. Lo celebró desaforadamente, como si hubiese ganado. Pero es que había salvado su carrera.

-El partido que siempre lo va a ganar todo... y nunca gana nada. Rivera lo ha vuelto a hacer. Tras autoproclamarse líder de la oposición pese a haber quedado de tercero en las generales, volvió a quedarse en gas. Sube respecto a hace cuatro años, cierto. Pero al final del día, ¿qué ayuntamiento importante gobierna Ciudadanos?, ¿qué comunidad autónoma presidirá? Doble cero. Ciudadanos, que obtuvo un 15,8 en las generales, cae al 8,2% en las municipales, donde es un partido residual, y al 12% en las europeas. El gran servicio de Rivera a España sería facilitar la reunión del centro derecha en un único y gran partido, obra que requiere humildad y sentido de Estado.

-La era de internet: usar y tirar. El mundo digital ha provocado que el público enseguida se aburra y demanda novedades. Carmena y Colau, las chicas de oro de nuestra política zurda, ya están en casa. Su aventura ha durado cuatro años. Dejan mucho márketing, legado real cero -incapaces hasta de gastar su presupuesto- y puño sectario en guante de seda. Serán dos buenas tertulianas.

-Pinchazo de Iglesias, que ha perdido hasta en su señorío de Galapagar. Sus carteras ministeriales se alejan.

-Y queda Vox, que ha caído del 10% en las generales al 6% en las europeas y el 2,8% en las municipales. ¿Mejor así? Probablemente. Vox fue el desahogo de un justo enfado, pero su crecida hacía feliz a Sánchez.

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