Entre la esperanza y el autobombo

La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios ha autorizado el primer ensayo clínico en humanos de una vacuna contra el Covid-19. Se tratra de la vacuna Ad26.COV2-S, de la compañía Janssen, de Johnson & Jonhson, y se llevará a cabo, con la colaboración de personas voluntarias, en hospitales de La Paz y La Princesa, de Madrid, y el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander. Se trata de una noticia esperanzadora si bien hay que mostrarse prudentes respecto a la fecha en la que puede estar lista para sus distribución entre la población. Más aún, conviene recordar que solo se trata de un ensayo clínico, con lo que su anuncio a bombo y platillo por parte del ministro Illa parece más una necesidad del Gobierno de dar alguna buena noticia que rompa la racha de pesimismo que su muy deficiente gestión de la pandemia ha sembrado en los ciudadanos. Ni el Gobierno ha intercedido de forma alguna ni ha financiado la investigación ni por el momento nos aseguramos ninguna dosis de la Ad26.COV2-S. Simplemente se prueba en hospitales de aquí, porque son muy eficaces y avanzados en este tipo de ensayos. No se entiende bien que el Ejecutivo haya sacado tan preventivamente la fanfarria. Pero es irrebatible que una vacuna efectiva se alza como la solución fundamental para ir dejando atrás la crisis del coronavirus. Siendo nuestro país el que presenta peor panorama en cuanto a los rebrotes, solo la vacuna podrá devolver el ánimo a los españoles y su regreso a parte de aquella vieja normalidad arrasada por el Covid y rematada por la incompetencia del Gobierno.