El efecto llamada de la irrelevancia

Con un incremento anual del 30 por ciento, un desbordamiento de la capacidad de respuesta de la Administración y una política de ocultación que no ha servido para minimizar ante la opinión pública las dimensiones de esta crisis, la llegada a España de inmigrantes en los últimos doce meses no solo pone de manifiesto la incoherencia del Ejecutivo de Sánchez en el ámbito de las políticas migratorias, sino la debilidad diplomática del Ejecutivo para evitar que Marruecos abra y cierre la puerta de la desesperación para presionar a España con un éxodo inasumible. Detrás de lo sucedido en Canarias durante los pasados meses de octubre y noviembre están las mafias migratorias, pero también las maniobras del Gobierno de Rabat y, al fondo, la inoperancia de Exteriores para evitar que nuestro vecino haga de las relaciones bilaterales -ya sea con el Sahara, con Ceuta y Melilla o con el tráfico humano que parte de sus costas- un ejercicio constante de ninguneo con el que subrayar nuestra irrelevancia.