Editorial
Sigue sin haber rastro de transparencia en el Gobierno
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Cuando se requiere al Gobierno de Sánchez información sobre la composición de una comisión o del grupo de asesores designados de forma discrecional para una tarea lo más habitual es toparse con un muro. Ocurrió con los nombres de la famosa comisión que controlaba la desescalada en las Comunidades autónomas en los primeros meses de la pandemia (que finalmente se trataba de un cuento inexistente), y vuelve a ocurrir ahora cuando se trata de saber quiénes forman parte de los asesores de las delegaciones del Gobierno. Se vuelve pues a apagar la luz y el Ejecutivo encuentra la socorrida excusa de la ley de Protección de Datos como parapeto para no facilitar nombre y currículum de los colocados a dedo, lo que parece una información relevante teniendo en cuenta los abusos del Ejecutivo al rodearse del mayor ejército de asesores conocido en democracia (1.180). El sanchismo llegó prometiendo toda clase de venturas sobre su transparencia, pero se trata de una mentira más.
