Editorial ABC

Discurso histórico en Westminster

El Rey mostró respeto por el Brexit, pero recalcó los beneficios de la integración europea en un discurso que fue un ejercicio impecable de equilibrio diplomático y sinceridad

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El respeto británico por la Corona española se manifestó ayer, durante la primera jornada de la visita de los Reyes de España al Reino Unido, en la solemnidad con la que fueron recibidos por Isabel II, reiterada posteriormente en el discurso de Don Felipe en el Parlamento de Westminster y en la cena de gala ofrecida por la soberana inglesa. En el actual momento de las relaciones entre el Reino Unido y la UE, con las espadas en alto por la negociación de las condiciones de la salida, ninguna visita institucional de un mandatorio europeo es sencilla. El Rey mostró respeto por el Brexit, pero recalcó los beneficios de la integración europea. España, como miembro de la UE y socio comercial preferente del Reino Unido, con el que mantiene abierto el contencioso de Gibraltar, no puede sustraerse a sus deberes con el resto de los socios comunitarios ni a sus vínculos históricos y actuales con Londres.

Por eso, el discurso de Don Felipe fue un ejercicio impecable de equilibrio diplomático y sinceridad. Su intervención no evitó ninguno de los temas que protagonizan la agenda de España en su relación con el Reino Unido. Fue un discurso medido, pero con un contenido político explícito, enmarcado en el reconocimiento y admiración que merecen las instituciones y la nación británicas. Los recuerdos a la parlamentaria Jo Cox, asesinada por un extremista, y al policía Keith Palmer, asesinado por un terrorista de Daesh mientras protegía el Parlamento, demostraron la empatía de Felipe VI y de España con el sufrimiento por la violencia y el terrorismo. El homenaje de Don Felipe a Ignacio Echeverría, también asesinado por Daesh, cerró la polémica por el trato de las autoridades británicas a la familia del héroe español. Las palabras de admiración y respeto por la Reina Isabel II mostraron la cercanía de ambas Coronas y el fuerte nexo que supone compartir la Monarquía parlamentaria como sistema político.

A partir de ahí, el discurso de Don Felipe apuntaló la posición española ante el futuro de las relaciones bilaterales y del Reino Unido con la UE. Lo hizo con claridad, rememorando el histórico discurso de su padre, Don Juan Carlos, ante el Parlamento de Westminster en 1986, y sin ahorrar la mención a Felipe II como Rey de Inglaterra por su matrimonio con María Tudor. Con esta legitimidad que conceden las relaciones históricas, Felipe VI reclamó diálogo para resolver el conflicto de Gibraltar, negociación para preservar los derechos de españoles y británicos residentes en el Reino Unido y España, apuesta por la colaboración en materia de seguridad y fortalecimiento de las relaciones económicas entre ambos países. Fue, en suma, el discurso que el titular de la Corona española debía dirigir al Parlamento y a la Corona británica.

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