Bienvenidos a Rota

Si realmente se confirmara que la Administración estadounidense perservera en su intención de trasladar a la base naval de Rota (Cádiz) su mando militar para África, la coalición del Gobierno presidido por Sánchez se enfrentaría a un grave episodio de tensión interna. Para que Washington pueda ampliar su presencia en la base de Rota será necesaria una modificación del convenio bilateral de defensa, en el que se detallan las unidades militares de Estados Unidos que pueden instalarse en suelo español. Y esta modificación debe pasar el primer filtro del acuerdo del Consejo de Ministros, en el que Iglesias, si es coherente con sus principios, deberá manifestarse en contra. Iglesias, como buen representante de la izquierda vieja y alcanforada, es antiatlantista y antiamericano. De hecho, el Iglesias anterior al Gobierno de coalición pedía la salida de España de la OTAN. Más recientemente, ya en el Gobierno de Sánchez, Iglesias se opuso al despliegue en la base roteña del «escudo antimisiles» impulsado por EE.UU. Por el momento, el traslado del mando de operaciones sobre África a Rota es una opción de las autoridades militares estadounidenses, pero tiene sólidos factores a su favor, como la proximidad geográfica con importantes escenarios de interés para Washington, pero también para España y Europa, en su conjunto. Además, el repliegue de tropas estadounidenses actualmente en Alemania favorece su refuerzo en otras localizaciones. El problema para Rota es que compite con la opción de trasladar el mando de operaciones en África a territorio de Estados Unidos.

El Gobierno español debería abordar este nuevo escenario de cooperación con Estados Unidos con criterios económicos y políticos. Un aumento de la presencia militar en Rota supondría un importante flujo de inversiones y actividades económicas, especialmente necesario en una zona castigada como pocas por el desempleo. Y esta expectativa, en las actuales circunstancias, no puede ser orillada por el populismo demagógico de Unidas Podemos. Además, políticamente a España no le sobran oportunidades para reafirmarse en el escenario internacional. EE.UU., con Trump o sin Trump en la Casa Blanca, es el principal aliado militar de nuestro país y con los aliados hay que comportarse lealmente. Además, España es una referencia de valoraciones negativas, tanto por la mala gestión de la pandemia, como por la crisis económica. Alojar el mando de operaciones sobre África sería una recuperación de cierto protagonismo diplomático, siempre que el Gobierno estuviera en condiciones de asumirlo sin complejos. Y, a mayor abundamiento, hay muchas amenazas terroristas que alcanzan a España y que tienen su base logística en territorio africano. Por ahora, sólo es una opción en la mesa del Pentágono, pero Sánchez debería apostar fuerte por la base de Rota. Otra cosa es que su coalición con Unidas Podemos sea más importante que los intereses nacionales.