Editorial ABC

Urge una explicación sobre Venezuela

El Gobierno no puede seguir ocultando la verdad sobre sus relaciones con la dictadura de Maduro ante la suma de evidencias que señalan una posición impropia para un país como España

ABC

El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero ha perdido toda noción del decoro que se supone a alguien que ha ocupado una posición relevante en los asuntos públicos de una democracia. Con su última visita a Caracas para apoyar al execrable dictador Nicolás Maduro ofende a los venezolanos que tienen que soportar la opresión de la tiranía y obliga al presidente del Gobierno, el también socialista Pedro Sánchez, a explicar de una vez qué ideas defiende y a quién apoya en esta tragedia que ha obligado a millones de venezolanos a exiliarse para no morir de hambre. Es más, el tibio desmarque del Gobierno ante esta visita presupondría que está de acuerdo con la gestión, lo que hace cada vez más evidente que la escala en Madrid de la «número dos» de la dictadura, Delcy Rodríguez, no fue una mera casualidad ni un incidente inesperado, sino que puede llegar a formar parte de una nueva política exterior sin duda alentada por la presencia de los populistas de extrema izquierda en el Gobierno, que tanto deben al chavismo.

Es incomprensible que Zapatero no haya logrado asumir que el reconocimiento de Juan Guaidó como presidente encargado no significa -todavía- que eso le confiera poderes reales en su país, que por desgracia sigue bajo la égida del dictador Maduro, sino que para un demócrata es la única forma decente de demostrar su apego a la libertad y su defensa de los Derechos Humanos en un país hermano como Venezuela. En su papel de expresidente carece de responsabilidades políticas directas, lo que no le exime de mantener un grado de decencia, responsabilidad y lealtad a los intereses generales de su país, que él ha puesto ahora en sintonía con los de una autocracia como Rusia.

El Gobierno no puede seguir ocultando la verdad sobre sus relaciones con la dictadura de Maduro ante la suma de evidencias que señalan una posición impropia para un país como España, miembro de la UE y aliado de Estados Unidos, cuya diplomacia se confiesa perpleja ante las noticias que llegan de nuestro país. Las iniciativas de la oposición reclamando que se aclare todo lo sucedido son imprescindibles ante la sucesión de mentiras y rectificaciones con las que el Gobierno han intentado tapar un escándalo que no para de crecer. Si el Gobierno español está siendo sometido a un chantaje por parte de una dictadura a cuenta de los compromisos previos adquiridos por uno de los partidos de la «coalición progresista», los españoles tienen derecho a saberlo. Si se trata de una política asumida deliberadamente, también.

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