Rosario Porto y Alfonso Basterra, acusados de la muerte de su hija Asunta
Rosario Porto y Alfonso Basterra, acusados de la muerte de su hija Asunta - efe

Los testimonios clave de la segunda semana en el juicio del caso Asunta

Las declaraciones más esperadas podrían desmontar la versión de los padres: el vecino de Teo, el testigo que vio a Basterra, el que halló el cadáver, la profesora de ballet de la niña, su madrina o su cuidadora

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La segunda semana del juicio por el caso Asunta arranca con varios platos fuertes programados. Después de los interrogatorios a los que los dos acusados por el crimen fueron sometidos la pasada semana, este lunes se abre la ronda de declaración de los testigos, que se prolongará previsiblemente hasta el próximo día 14 de octubre. Durante este tiempo, los nueve ciudadanos que conforman el jurado popular escucharán los testimonios de personajes clave en el caso, cuyas respuestas podrían poner entre la espada y la pared la versión de los hechos defendida por Basterra y Porto.

El primero de ellos será el vecino de la casa de Montouto, con quien la madre de Asunta reconoció haber hablado mientras cerraba el portón de la finca de regreso a Santiago.

Las respuestas que este testigo ofrezca a las partes pueden ser vitales para dilucidar si Porto viajaba sola en el coche en ese momento y el estado anímico en el que se encontraba la acusada. De confirmarse la hipótesis del Ministerio Fiscal, este vecino habría sido la primera persona en cruzarse con Porto después del crimen.

Hoy lunes también declarará la joven que vio a Alfonso Basterra en una céntrica calle de Santiago, en compañía de Asunta, la tarde del crimen. Un extremo que el periodista negó tajantemente durante su interrogatorio y que desmontaría su relato de la tarde del crimen. Basterra defiende que después de comer y jugar a las cartas con su exmujer y su hija, se quedó cocinando albóndigas y más tarde se sentó a leer. «No me moví de casa en toda la tarde. Salí a las 21.30 horas cuando Rosario me llamó para decirme que Asunta no llegaba», insistió ante las preguntas de la acusación particular. Esta declaración podría hacer tambalear la coartada de Alfonso para esa tarde, una versión que solo se sienta en sus afirmaciones y que nadie más puede respaldar.

Igual de relevantes para encajar las piezas del puzzle serán las palabras del hombre que encontró el cadáver de la niña tendido en un talud de una pista forestal de Teo. El cuerpo estaba a unos cuatro kilómetros de la vivienda familiar de Teo, por lo que las indicaciones del vecino sobre las condiciones de la carretera en aquel momento y sobre la visibilidad de aquella noche de luna llena serán importantes. También se le preguntará, a él y a la persona que lo acompañaba, sobre la posición del cuerpo y los restos que lo rodeaban.

La escena del crimen

Las declaraciones previstas para este martes se ceñirán a los relatos de los guardia civiles que participaron en la inspección ocular del escenario del crimen. Está contemplado, asimismo, que hablen los agentes que acompañaron a los padres a la casa de Teo tras el hallazgo del cadáver. Uno de estos testimonios podría ser crucial para evidenciar si Porto subió a la primera planta para intentar deshacerse de la papelera donde se encontraron papeles con restos de ella y de Asunta, una mascarilla y los pedazos de cuerda naranja. Ella lo negó en todo momento justificando que «no tenía nada a qué entrar en esa habitación». En la misma línea, Basterra explicó que su mujer pidió ir al baño y que ella no accedió al dormitorio. Incluso fue más allá al decir que «Rosario no tiraba pañuelos con mocos a una papelera. Cualquier cosa orgánica iba al WC».

Ese mismo día responderá ante las partes la madrina de la víctima, una de las personas más cercanas a Asunta y a su círculo. Con ella pasó buena parte de su último verano y en sus respuestas podría estar la clave del móvil del crimen. Igual de relevantes será el relato de la cuidadora de la niña, que se conocerá un día más tarde, el miércoles. Ella conocía a Asunta y su versión de cómo fueron los últimos meses de la pequeña será fundamental de cara a aclarar qué pudo llevar a su violenta muerte.

Entre los 70 testigos citados esta semana resalta también la profesora de ballet que alertó del mal estado físico de la niña y la declaración del hombre cuyo semen se encontró en la camiseta de la menor. Una semana intensa que dará encaje a muchas fichas.

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