poster Vídeo
Rosario Porto, durante el juicio - efe

«Por supuesto que esos trozos de cuerda no pasaron por mis manos»

Rosario Porto eleva la voz ante el fiscal en cuatro horas y media de interrogatorio

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La recta final del interrogatorio del fiscal a Rosario Porto, madre de la pequeña Asunta por cuyo asesinato está siendo juzgada, ha vivido momentos de gran intensidad al ser preguntada por las cuerdas encontradas junto al cadáver de la pequeña y en la finca rural propiedad de la familia o por el medicamento que la progenitora tomaba y que fue encontrado en altas dosis en el cuerpo de la niña en la autopsia practicada.

Estos son algunos de los titulares de Porto, más nerviosa en esta fase del juicio, en la que al mostrarse una fotografía con el cadáver de Asunta ha comenzado a llorar. «¡Ya he visto el cadáver! ¡Ya lo he visto!», ha espetado a gritos la mujer al fiscal.

«¿Para qué me iba a fijar en ninguna papelera? ¿Qué sentido tiene? Yo no estaba para fijarme en eso. Me acababan de decir que el cadáver podría ser de mi hija», ha afirmado cuando el fiscal le ha preguntado por la papelera de la casa donde aparecieron pruebas que han sido utilizadas por la acusación para incriminarla en el asesinato.

“Esos trozos de cuerda no pasaron por mis manos. Por supuesto que no”, ha indicado. Preguntado sobre si los soltó del cadáver: “No conozco para nada esas cuerdas”.

«No sé cómo hacerle comprender que yo en ese momento yo no le daba significación a nada. No sé si usted tiene hijos. Yo solo estaba en condiciones de aceptar la noticia», ha respondido a la pregunta de si no le extrañó que ya en la madrugada tras la aparición del cadáver se registraran las propiedades de Porto y su marido con abogados de oficio.

«Yo no dejo las bolsas tiradas por mi casa. Había que matar el tiempo de alguna forma. En ese tiempo coloqué los bañadores», ha apuntado respecto al hecho de que mientras la niña estaba desaparecida la madre se dedicara a colocar ropa en su domicilio.

«En mi vida le di Orfidal a Asunta. Supongo que Alfonso tuvo ocasión de dárselo, pero tampoco él le daba Orfidal a la niña. No tiene sentido», ha asegurado sobre el polémico medicamento que Porto tomaba y que le habrían administrado a la niña supuestamente para poder adormecerla y así acabar con su vida horas más tarde por asfixia.

Ver los comentarios